Cronicas Oscuras Evolution

Nío • Were Balios (jaguar)/Katagaria • 2265 años

They said I was in darkness, so darkness I became ■ NOMBRE COMPLETO: Níobe Poulos ■ APODO: Por norma general, Níobe. Algunos, Nío ■ RAZA: Were Balios (jaguar) · Katagaria ■ PADRES: Myles y Pandora Poulos ■ LUGAR DE NACIMIENTO: Grecia • Isla de Quíos • Montaña Pelineon Oros ■ EDAD: Edad real, 2265. Aparente, ronda los 26 ■ ORIENTACIÓN SEXUAL: Heterosexual ■ OCUPACIÓN: Alma cómplice. es la camarera más buenorra del Érebos o, bueno, la única que hay. ■ PODERES: Cambiar de forma, fuerza y velocidad aumentada, viajar en el tiempo. Su parte animal es capaz de conocer sentimientos o sensaciones de otras personas... ■ HABILIDADES: El tiro al blanco y tocar los huevos. No, ahora en serio. Sabe defenderse porque entre su padre y sus hermanos, han conseguido hacer de ella una pequeña guerrera. Aunque como es más vaga que la chaqueta de un poli, prefiere utilizar las armas de fuego, pelear desde la distancia, sin ser vista. ■ ARMAMENTO: Suele utilizar armas de fuego, en su mayoría. Aunque sabe utilizar las dagas que su padre forjó una para cada hijo, Níobe ha evolucionado con el mundo y tiende más a llevar encima un par de glocks o 9mm. ■ vehículos: Una Harley Davidson del 86. La moto tiene pequeñas reformas en el depósito de gasolina y tubo de escape que la hacen solo suya.Â

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Descripción Física

El tapón, la del sombrero, la estrafalaria, la que combina pantalones de chándal con blusas de Versace, la de los ojos de gato, la que se pinta los labios sin mucha paciencia, la que no lleva maquillaje, la que utiliza ropa de hombre, la de la mochila hecha harapos y anti collejas. Esa misma. La camarera buenorra y tetona del Érebos, la rubia que surca Nueva York montada en su Harley como alma en pena.

 

Descripción Psicológica

■ DESCRIPCIÓN: La fuerza arrolladora de una tormenta, fuego y batalla en sus ojos como bandera que alza orgullosa de ser quién es. Una sacudida eléctrica, un pinchazo directo al corazón que deja huella allí donde pisa. Con los pies ligeros y una cabeza llena de pájaros, el grito eufórico en el momento del éxtasis. Inestable, impredecible, totalmente espontánea. Vibrante de energía, una fuerte electrocución que deja intensas quemadas en el corazón. Una bomba de relojería. Quema cuánto está a su alcance, lo deja en ardidos deseos. Un fuego que atrae los buenos sentimientos. Su corazón late precipitado en el pecho queriendo salir a volar libre, libre como su alma. Se respiran nervios a su alrededor. Brilla por su propia ausencia cuando no está, pues la fuerza interior que siempre la acompaña colma de vitalidad a los de su entorno. Resistente como el diamante, dura cómo la piedra. Amor y extravagancia de la mano cuando se trata de la rubia, que siempre encontrará motivos para hacer sonreír al mundo.

Ella es todo. La felicidad, y también la demencia. Ella es la lluvia, el sol, es el recuerdo que queda grabado tras esos momentos de éxtasis. Ella está en todas partes. Ella. Ella. Ella. Es cómo un sueño lleno de colores brillantes. Quizás por su carisma. Quizás por su sarcasmo, o por sus palabras directas. Su sencillez a la hora de decir las cosas. Su sinceridad, tan dura que a veces llega a doler, que pincha ahí dónde las llagas crecen con más facilidad. Sea como fuere, por odio o por amor, siempre cala en el corazón de la gente, taladrando el cerebro y los oídos de aquellos pobres infelices a los que les toque soportarla. Como una pequeña niña en su interior, se entretiene imaginando mil mundos distintos y retorcidos en los que puede suceder de todo. La más hermosa de todo el jardín, y también la más espinada. Detrás de esa locura, detrás de esa excentricidad y anómala felicidad supina, se esconde una enorme fuerza de voluntad que siempre tirará hacia adelante, sean cuales sean las circunstancias. Porque está llena de vitalidad, de ganas de experimentar, de luchar.

Una extraña para el mundo. Desconoce el sentimiento de la vergüenza, su sentido del humor y de la ridiculez se ha visto tan recurrido que al final han pasado a ser una parte más de su ser. Sin dudar. Sin desconfiar. Esa ingenuidad entorno a los extraños, creyendo que todo el mundo tiene su lado bueno. Un pequeño diamante en bruto que no sabe qué camino seguir. Y es que está decidida a construirse el suyo propio desde cero, piedra a piedra, ladrillo a ladrillo. De las que creen que cada uno se crea su propia suerte. Leal y fiel a los suyos. El tiempo pasa demasiado rápido para una mentalidad como la suya, que no entiende de días ni horas.

Sin ataduras. Libertad. Pura libertad. Un pajarillo imposible de encerrar en una jaula, moriría si alguien llega a encadenarla por el resto de su vida. Alérgica al matrimonio y todo lo que eso conlleva. Carpe diem. Vive la vida, se feliz. Hakuna matata. Sin dejarse pisar por nadie, será la mala hierba que nadie logra arrancar, y es que, desgraciadamente, mala hierba nunca muere. Por años y más años una mente algo desquiciada y fuera de lugar seguirá repitiendo los mismos errores, tanto en la guerra, como en amor. Y pese a ello, vuelve a levantarse una y otra vez con las rodillas despellejadas y sangrando, una fuerza interior que quiere explotarle en el pecho y salir a chillarle al mundo que incluso la más pequeña de las hormigas es capaz de sobrevivir al frío y duro invierno

■ GUSTOS:
·Comer limón. Entre todas las frutas, aunque parezca mentira, es su favorita.
·La cerveza, el bourbon o algún que otro whiskey que su padre esconde para los mejores clientes.
·Las motos. No podría vivir sin ellas o sobre una. Igual que el resto de los Poulos.
·La libertad que le confiere estar encerrada en la barra del Érebos. A fin de cuentas, sus hermanos tienen prohibido entrar allí así que le resulta muy sencillo confundirlos.
·Corretear con Alain durante el día por el bosque de las afueras de Nueva York. A Níobe no le gusta mucho la gran ciudad ya que su parte animal está muy presente en su vida diaria, por eso, en cuanto puede, sale a correr acompañada de Ray, su pareja, o algo de sus hermanos.
·Cuando Savitar visita a su madre. Siempre le trae cosas de su isla y se la suele llevar un par de días al mes para disfrutar de lo que, suele jactarse de decir, ha creado.

■ DEBILIDADES Y MIEDOS:
·Aunque no se permita reconocerlo, tiene miedo de que vuelvan a atacarlos. La segunda vez que lo hicieron, se llevaron a su hermana mayor y dejaron a sus dos bebés con vida, casi huérfanos. Tiene mucho miedo, pero Ray suele suplir sus temores con palabras de aliento cada noche.
·Su debilidad principal es el chocolate. No miente, no puede comerlo. Mira que le gusta, eh. Pues no. Los were-hunters tienen prohibido ese manjar. Aunque no sería la primera vez que casi la palma por robar de la cocina alguna barra.

■ ENFERMEDADES: Ninguna conocida.

■ OTROS:
·No le gustan nada, pero que nada de nada, los malos rollos. Aunque ocasionalmente no puede evitar molestar más de la cuenta a sus hermanos, intenta huir de los problemas. No se le da bien resolverlos.

·No hace mucho caso a las decisiones de las Destinos. Por eso, aunque no le haya salido la marca nunca, sabe que el hombre de su vida es y será Ray.

·Toca la guitarra. Donde sea y delante de quien sea; en el metro, en la estación de autobuses, en el servicio, en las escaleras de su piso, en un bar, en medio de la calle... Se le da bien, nadie puede negarlo, pero no es una experta.

·Aparte de su trabajo como camarera del Érebos, un bar de noche y restaurante-bar por el día, se dedica a organizar peleas callejeras ilegales. Algo totalmente normal, vamos... Sin mucha violencia. Por eso conoce a Valnelia.

 

Historia y Familia

■ HISTORIA:
—Es fea. —Remi le da un empujoncito en el hocico.
—Es enana. —Dante la mide a palmos.
—¡Qué calor hace aquí! Papá, abre la ventana. —Alain corre hacia la ventana ignorando a Níobe.
—¿Por qué tiene las patas tan pequeñas? Qué pequeña es… —Taron le tira de una patita.
—No crecerá y seremos la vergüenza del pueblo. —Darion se cruza de brazos.
—Huele a coño. —Draven arruga la nariz.
—¡Mírala como corre! —Todos miran a la pequeña cachorra.

Intenta alcanzar a uno de sus hermanos, también recién nacidos, pero se va de morros antes de alcanzarlo.

—Es patética. —Remi la devuelve al lado de su madre con una mueca de disgusto.
—¡Fuera, fuera todos! —Myles interviene echando a todos sus hijos de la sala. Su mujer necesita descansar después de haber dado a luz a cuatro cachorros—. Avisad al resto y preparad algo de comer.

Cuando la puerta se cierra tras él y puede contemplar a su nueva parte de la familia, sonríe. Para él es preciosa, quizás la más guapa de todos. Sobre todo esa torpe que busca a sus hermanos sin ver. Vuelve a su forma natural para apoyar, con tenues gruñidos, a su mujer en forma humana tumbada en la cama.

Nacida en un pueblo escondido de las montañas más altas de la isla griega Quíos, Níobe vio por primera vez la luz del sol acompañada por su numerosa familia. Novena y última hija del matrimonio entre Myles, único jaguar Katagaria, que se unió a Pandora, la única superviviente jaguar arcadia. Gracias a la misericordia de Savitar, se vieron unidos, en primer lugar, por la obligación de perpetuar una especie en vías de extinción y, finalmente, por el profundo amor que nació entre ellos.

Sus hermanos, aunque crueles, estaban en lo cierto. Níobe no fue la más grande, tampoco la más diestra en la lucha pero siempre ha sido la más avispada, la más lista y rápida. Creció rodeada por la humildad, sencillez y respeto de una pequeña gran familia donde el amor, la paz y constancia era lo más importante. Pasó la mayor parte de su juventud bajo las bromas, más o menos sutiles, de quienes la rodeaban. Sin defensa más allá de los brazos de su mejor amigo y hermano, Remi. Sin ninguna frente a los ojos de su padre. Y con cada año que cumplía, más se separaban. Aunque él insistía una y otra vez en educarla bajo su mano, hacerla semejante a él. Una Katagaria que supiera dónde estaba el límite entre el mal y el bien, cuándo había que ejercer sus poderes devolviendo el equilibrio que la madre naturaleza había otorgado al mundo.

Aunque desde bien pequeña, Níobe había demostrado otra clase de aficiones; véase ayudar a los demás, aprender, viajar… Níobe siempre fue un pajarito libre y sin domar que volaba de ciudad en ciudad por toda Grecia buscándose a sí misma. Tenía sueños, metas, esperanzas. Admiraba a sus padres pero no quería esconderse toda su vida como ellos, no quería morir ni tener que empuñar las armas para defender la vida de sus hijos. Así pues, no se rindió nunca en su búsqueda. Junto a su inseparable hermano, Remi, logró encontrar el camino hacia el futuro en la universidad de Atenas lejos de todo cuanto algún día les mostraron. Su familia, a regañadientes, aceptó el destino que su hija había escogido. No sabría empuñar un arma pero nadie podía negar que era una verdadera eminencia en lo que a bisturís se refería.

Tras dedicar doce años (casi trece) a su vida como estudiante en la universidad y, posteriormente, en el Coltea Hospital de Bucarest, Níobe necesitaba un “tiempo de relajación”, según decía uno de sus mejores amigos, un were leopardo. Níobe aceptó el viaje a África que Ray tenía preparado dos semanas después de rechazar un trabajo bien pagado dentro del departamento de cirugía cardiovascular en el Coltea. Antes de encerrarse en un hospital las veinticuatro horas del día y dejar su propia vida de lado, Níobe había prometido ofrecer a alguien más sus conocimientos y ayuda. Así pues, ella puso el maletín y Ray el resto, embarcándose en una aventura que duró más de lo previsto.

Recorrer África como turistas se convirtió en el nuevo trabajo de Níobe. Prestaba ayuda a cuantos podía, daba dinero a la mitad de las familias a quienes se encontraba, se quedaban días, semanas e incluso meses en aldeas viviendo con lo más básico, siendo felices con un simple trozo de pan. Como también disfrutaban de la hospitalidad y comodidad de los hoteles africanos. No por ella, si no por Ray. Mientras Níobe podría vivir entre mierda sin ningún tipo de problema, su amigo era un cosmopolita necesitado de un suave colchón, agua caliente y comida sana, al menos, una vez al mes. Dormían plácidamente en uno de los hoteles a pie de playa de Madagascar cuando Ray recibió la llamada que cambiaría sus vidas para siempre. El monte Pelineon Oros, donde vivían sus familias, había sido arrasado por tres grupos de Spathi. Ya no estaban a salvo allí aunque los daimons ya no estuvieran detrás de ellos. Decidieron viajar a lo que para ellos sería algún día el motor mundial: América. Níobe y Ray no tardaron en hacer la maleta para reunirse con sus familiares en Texas, el epicentro de todo ser sobrenatural conocido.

Cuando Níobe llegó y vio lo que su madre lloraba, no pudo siquiera negarse a aprender las técnicas de lucha que su familia tanto tiempo llevaba intentando meter en ella. Draven, uno de sus hermanos mayores, había muerto junto con su mujer embarazada en el ataque. Los Poulos cojeaban. Aunque gracias a Aqueron, a sus Dark Hunters e incluso al mismísimo Savitar, pronto salieron a flote metiéndose en lo que siempre habían sabido hacer: administrar un bar. Un local alejado de la maldad. Era como un segundo Santuario. Trabajando día a día, bajo el sol abrasador y el sudor de sus frentes, la familia Poulos pronto fue conocida, al igual que respetada por el resto de seres sobrenaturales de Texas y alrededores. Níobe se vio obligada a olvidar su sueño de trabajar en un hospital. Aprendió a aceptar lo que su familia tenía para ella, aprendió a controlar su alma libre, a ayudar a todos cuanto necesitaban ayuda dentro del bar, donde habían llegado a formar un agradable hogar. Tanto para otros weres, dark hunters o incluso humanos.

Fue entonces cuando Ray y Níobe aceptaron el futuro. Níobe, enamorada desde que tenía uso de razón de su mejor amigo, Ray, se ofreció una noche al mejor amigo de Athan, y desde hacía muchos años el suyo, como nunca lo había hecho con un hombre. No hubo marca entre ellos. Las Destinos no parecían estar a su favor, sin embargo, eso nunca fue un impedimento para la feliz pareja que había compartido tanto…

Hace ocho años, su hermana Nadëzha anunció su embarazo. Ax, su pareja, formó parte de su familia mientras la barriga de su hermana crecía y crecía día a día. Hasta el fatídico momento en que más de diez daimons atacaron su casa cuando estaba dando a luz. En ese ataque no sólo se llevaron la vida de Nadëz, sino también la de Ax quien, a pesar de no estar vinculados, murió aquél día junto a su mujer. Gracias a los Dioses, sus dos gemelos lograron sobrevivir a ese día y en la actualidad, se han convertido en la alegría de la familia.

Tras el ataque, la familia Poulos, salvo Athan, decidieron emigrar del lugar donde tanto habían perdido. Sintiéndose vacíos, a punto de dejar caer la toalla, en común, volaron hasta las afueras de Nueva York donde se asentaron con un nuevo local, otro Santuario aunque con el mismo nombre. El Érebos de Texas continuó y continúa abierto y regentado por Athan, el mayor de los Poulos, bajo las estrictas órdenes de su padre, Myles. Nadie sabe el motivo exacto por el que Athan y Myles decidieron continuar con el Érebos de Texas, pero lo cierto es que es una gran fuente de ingresos ya que en Nueva York son pocos quienes conocen ese lugar.

Un club de moteros, un hogar para los lugareños, se ha convertido en el sustento de la familia Poulos. Juntos, unidos, han sobrevivido al paso de los años, a la muerte de sus seres más queridos y a las desgracias que aún están por venir.

■ FAMILIARES:
·Pandora. Madre. Es la única mujer viva, aparte de ella, que queda viva de la familia. Su madre le anima a continuar con su vida, decidir por sí misma y disfrutar todo lo que ella no pudo hacer. Fue la única jaguar arcadia que Savitar dejó con vida cuando exterminó al resto. Apenas tenía seis meses de vida cuando todo ocurrió. Creció bajo su cuidado y se crió con sus estrictas normas.

·Myles. Padre y Regis. No ha perdido la fe en su hija. Se comporta con ella como todos los padres del mundo. La sobreprotección es su bandera y el histerismo su manera de vivir. Confía en que Ray meta en vereda a su pequeña en algún momento.

·Athan. Hermano mayor. Es el único de sus hermanos que es Katagaria, por lo que a pesar de haber heredado el carácter protector de su padre para con ella, lo adora sobre todas las cosas. No lo oculta por sus otros hermanos, no. Todos lo saben. Él es su preferido.

·Remi. Es el único hermano de quien consigue aprobación para todos sus actos. La acompaña de fiesta, la invita a despilfarrar el dinero y disfruta de su compañía como si fueran verdaderos amigos, a pesar de llevarse casi dos mil años.

·Ray. Pareja. Un jaguar Katagaria que siempre ha estado al lado de su familia. Amigo de su padre, un hermano para Athan y el mejor amigo de Níobe. Se han cuidado mutuamente desde que ella tiene uso de razón. Siempre ha estado enamorada de él, así que cuando finalmente dieron el paso de aceptar todos sus sentimientos, no dudó en que él pasaría a ser lo que su padre es para su madre: su pasado, su presente y su futuro. Aunque las Destinos no estén del todo de acuerdo y no le hayan puesto la puta marca en la puta mano.

·Dare y Dorian. Sus sobrinos de ocho años. La tienen enamorada, cautivada. Ambos katagaria, ambos iguales, clavaditos... Son como los niños que nunca espera tener.

·Resto de hermanos. Lo cierto es que mantienen todos una magnífica relación. Son una piña, un clan, están completamente unidos, son uno. Sin embargo, desde que Nadëz murió, todos han puesto la mirada en ella. Critican su comportamiento, cada cosa que hace y no la dejan vivir aunque al único que deba importarle sea a su pareja.

 

Descripción de los poderes

■ PODERES: Velocidad, fuerza y agilidad aumentada, sentidos bastante agudos y capacidad de curación. También puede viajar a través del tiempo, es decir, materializarse y transformarse en un jaguar.

■ NIVEL: Después de dos mil años y un poco más de vida, es una experta en controlar sus poderes.