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Como algunas ya habéis leído el primer capi que colgué en el foro de Las Caras de la Luna, subiré algo que biene bien aquí ya que la inspiración me la dio Val ;)

Espero os guste y si eso a ver si puedo ir subiendo alguna cosita más, tenedme paciencia que soy algo cazurra con estas cosas jejeje (alguna ya habréis fisgo la firmita en Valkirias)

UNO

   “Soy una jodida cosa”

   Era lo único que recordaba al despertar desorientada en mitad de... ¿Dónde? Estaba oscuro, húmedo y le dolía la cabeza como si se hubiera estado golpeando hasta perder la conciencia. Le dolía la pierna y se escuchaba algo goteando de fondo así como algo templado y viscoso bajo ella. Se sentó llevándose las manos a la sien y soltó un quejido que reverberó por todo el lugar devolviéndole su propia voz. Trató de levantarse y entonces un latigazo de dolor la sacudió partiendo del miembro herido “Genial” Se dijo para sus adentros con los dientes apretados, no lograba recordar donde demonios estaba. Nada... no recordaba absolutamente nada de lo que había sucedido hasta despertarse tendida en aquel lúgubre lugar parecido a una gruta bajo tierra.
No debería haber leído la dichosa carta y mucho menos haber ido hasta el lugar que le indicaba. Por su culpa ahora estaba ahí, fuese donde fuese ese ahí. ¿Desde cuando hacía ella caso de cartas sin remitente ni firma?
¡Ah sí! Desde que su jodida curiosidad había sido superior a cualquier lógica. Menudo momento había ido a elegir para ser impulsiva...
Arya apretó los dientes y se levantó como pudo por pura fuerza de voluntad, tenía golpes y arañazos por todo el cuerpo, suspiró alzando la cabeza y observó el tenue haz de luz que se colaba por una de las grietas de la cueva a unos buenos metros sobre ella y después a su alrededor; si no encontraba el modo de salir de allí no sería más que un recuerdo para alguien.
Procuró dar un paso apoyándose en la rasposa superficie de la pared y respiró como un animal herido dilatando las narinas.
   __Estabas aquí, juro que esta es la última vez que le hago un encargo a mi hermano. El pedido se lo hicieron a él, no a mi, pero como soy gilipollas siempre acabo recibiendo yo__bufó.
Arya pestañeó sobresaltada ante esa voz masculina, no podía apenas apreciarlo desde donde estaba pero el tipo parecía grande y fuerte. Y por supuesto, no lo reconocía. No tenía ni puñetera idea de quien era pero él le hablaba con demasiada familiaridad para su gusto.
   __La próxima vez que te comportes como una fiera dejo que te despeñes, menudo carácter rica.
   __¿Quién coño eres?
   __¿Qué quién coño soy? El que te va a llevar de vuelta a casa antes de que destruyas el mundo de una patada en el culo__se acercó a ella apresándola del brazo con demasiada fuerza.
Aquel hombre ocupaba todo su campo de visión, le sacaba dos cabezas y parecía muy cabreado. ¡¿Por que tenían que tocarle todos los tarados a ella?! Por que mira que era impresionante, es más se recrearía en ese cuerpo si no fuera por que lo único que quería era salir de allí.
   __Sólo he entendido lo de llevarme a casa, lo demás suena a perturbado. ¿Qué diantres a pasado? ¿Quién eres tú y dónde estamos?
   __¡Ni una palabra más! Me duele la cabeza, andando__tiró de su brazo para obligarla a apartarse de la pared y Arya perdió pie al sentir como el suelo desaparecía bajo sus pies.

   Todo perdió materia y vio como las nubes pasaban vertiginosamente rápidas a su alrededor hasta que la luz la cegó. Tuvo nauseas y dejo de respirar, no conseguía hacer llegar aire a sus pulmones.
Alrededor suyo el mundo giraba como en una espiral, y la tierra se alejaba de ella envuelta por galaxias, estrellas y nebulosas vibrantes. Cuando lo que la rodeaba dejo de moverse se dio de bruces contra un pulido suelo de mármol tan brillante, limpio e impoluto que parecía un espejo recubierto de vetas de oro.
Sus ojos se cerraron a causa de la intensa luminosidad que la rodeaba y su cuerpo pugnó por contener las arcadas retorciéndose sobre aquella losa. Se presionó el vientre ahogando un gemido y trató de enfocar de nuevo.
Su mente era incapaz de procesar nada de lo que veía ni de lo que sucedía a su alrededor.
Aquel lugar desde luego no era su casa, y esperaba que fuera sólo una maldita pesadilla o empezaría a gritar como una posesa por que aquello se parecía demasiado a la pintura que había visto en el museo el día anterior pero a escala natural, y ella... Estaba en mitad de esa escalofriante fiel reproducción.
¿Estaría soñando otra vez? Volteó hasta quedar sobre su vientre y codos y paseó la vista por el lugar. Las nubes flotaban bajo aquella especie de isla flotante desde donde se podía apreciar más de aquellas gigantescas rocas cuyas fastuosas construcciones imposibles de describir salvo en los cuentos de fantasía se alzaban majestuosas.
Las estrellas titilaban en medio de aquel extraño cielo, los saltos de agua parecían precipitarse de la nada formando densas brumas multicolores.
Rezumaba vida por doquier, luz y tranquilidad entre los dorados, ocres, violáceos y blancos de esos palacios.
Pero de nuevo era la sensación de ingravidez y de flotar la que la hacía ser consciente de que aquello no podía ser real. Parpadeó tratando de sacudirse esa desagradable sensación que hacía rodar sus tripas y jadeó al reconocer que esas palabras sonaban demasiado reales.
   __¡¿Por qué la traes aquí?!
Aquella nueva voz atronaba dentro de su martilleante cabeza, no veía al dueño pero el que le respondió era el mismo de la cueva, de eso estaba segura.
   __¡¿Dónde si no?! Esto era cosa tuya, te lo encargaron a ti, no a mi. Así que ahora te apañas.
   __¡No soy la niñera de nadie!
   __¡Ah ¿y yo sí, no?! Ni una más Kyr. Si te lo pidieron a ti era por algo, así que no me toques las pelotas y si tanto te fastidia quéjate tú a ellos. Aunque conociéndote, estoy seguro de que ya lo hiciste y aún así te lo ordenaron. Deberían castigarte hermano.
El gruñido del desconocido puso fin a la discusión y Arya pudo observar por fin, dos pares de botas acercándose hasta donde estaba ella en el suelo sintiendo el peso de las miradas de los dueños de estas.
   __Será mejor que se la lleves a Freyja lo antes posible, así nos evitaremos problemas, te lo aseguro. Es tan insoportable como el resto. ¿Me preguntó por qué no la habrá matado? Sería lo más sencillo.
Ayra boqueó tratando de moverse y poder mirar hacia ellos pero le era imposible, casi parecía que estuviese atada por aros de acero invisibles que la anclaban como un salchichón a ese suelo resbaladizo y de aspecto rompedizo.
   __Esa sí es una buena cuestión__se cruzó de brazos de Kyr.
   __Parece una simple mestiza.
   __No es asunto nuestro. Vamos__se la cargó al hombro haciendo caso omiso de los pataleos y golpes que esta le propinaba sin dejar de insultarlos___Menudo repertorio más colorido, muñeca.
   __¡Suéltame, no me toques maldito bruto! ¡Estáis como una cabra, dejadme!
   __Como desees__la dejo caer a plomó sobre el suelo donde se golpeó y apenas tuvo tiempo de reprimir un quejido.
Resopló apartándose el pelo de la cara y cuando fue a alzarse para golpearlo la misma fuerza de antes la dejo inmóvil de espaldas a estos.
Una fuerte descarga eléctrica la atravesó, los puños le cosquilleaban aún pero apenas pudo pensar en esa sensación ni en los hombros anchos y fuertes del que la había cargado ni en esa espalda por que el fuego que siguió al chispazo la hizo jadear y apretar los muslos.
Había visto fugazmente que tenía el pelo tan negro como ella pero poco más a diferencia del que la había secuestrado de la cueva, en la que probablemente él habría sido la causa de sus heridas.
Se medio incorporó a pesar de la presión que sentía chafándola y miró como se movían entre aquel mar en mitad del cielo y creyó ver justo al otro lado el lugar donde segundos antes de que la cagaran como un saco de patatas había estado. ¡¿Pero cómo se habían desplazado tan rápido?!
Bajo la vista hasta el pulido suelo que parecía mercurio líquido mezclado con blanco y abrió la boca incapaz de procesar todo aquello.

   __Por fin, aquí esta...__Apareció una mujer frente a ella en lo alto de la escalinata.
Era alta, rubia, con un cuerpo espectacular y el rostro más insultantemente perfecto que jamás había visto Arya. Sus livianas vestimentas parecían flotar a su alrededor mientras bajaba como una Diosa por aquellas escaleras que parecían serpentear como una ola hasta tenerla justo frente a ella.
O mejor dicho... sus pies estaban delante de su cara, menudos, estilizados, con una manicura perfecta y unos sandalias con un tacón de vértigo.
   __Debería eliminarte, sin embargo... __hizo una pausa crítica chasqueando los dientes dejando a Arya de pie__No puedo__concluyó examinándola minuciosamente con su mirada tan azul y clara que sus ojos parecían casi tan blancos como la nieve.
   __¡¿Pero de qué va esto?! Se ha vuelto loco todo el mundo o ¿qué?!__se revolvió furiosa.
La mujer torció la sonrisa alzando orgullosa el mentón e intercambió una mirada mortal con los dos hombres que permanecían firmes tras ella.
En una pose tan solemne y regía que sólo podía significar una cosa.

   Nada de aquello tenía el más mínimo sentido para Arya y su pulso empezaba a desbocarse dolorosamente pulsando contra sus venas. ¡Joder! Que estaban hablando de matarla como si tal cosa...
Tenía que estar soñando, por fuerza debía ser una pesadilla así que se clavó las uñas buscando despertar, para desgracia suya sólo consiguió sentir el dolor de ese acto por que todo permanecía en el mismo lugar.
   __Dios, despierta Arya, despierta... no te vuelvas una zumbada, tranquilízate, respira__se repitió.
   __Tu futuro parece borrosamente vinculado a lo que esta por venir y si te elimino, podría alterarlo todo__le cogió de las mejillas con fuerza y Arya le sostuvo esa gélida mirada__Así que presta atención Arya, esto es muy real.
Está tragó y se enfrentó a los hipnóticos ojos de la mujer que la mantenía inmovilizada.
Parecía que había algo mucho más profundo que ese simple argumento para que siguiera manteniendo la cabeza sobre los hombros y no tenía ni idea de como podía percibirlo. Además, definitivamente aquello era muy real...
La mujer sonrió una fracción de segundo y la soltó llevándose las manos a la espalda.
No sería fácil que la chiquilla que tenía delante cooperara y acatará sus ordenes sin más, sin preguntas, sin reticencias...
Ella no era como el resto.
Acabaría estallando de un momento al otro al haberla arrancado del Midgard1 de ese modo. La pobre no tenía ni idea y mejor que siguiese así en según que cosas.
Es más, nadie podía descubrir el verdadero secreto que escondía la sangre de esa jovencita de oscuros cabellos como noche sin luna.
Un rasgo que agradecía pese a esos insondables ojos azul-grisáceos. No se podía negar que no fuera hermosa ni grácil por que lo era, demasiado. Sus labios eran llenos y suaves, rojizos como una cereza brillante por el agua cristalina dentro de un rostro de por sí sensual, suave pero felino al mismo tiempo gracias al delicado arco bien marcado de sus descaradas cejas, otro toque de distinción que hacía aún más profunda esa inquietante mirada femenina.
Sus curvas eran sinuosas, suaves y delicadas; una invitación descarada a pecar con la promesa de la seda de su piel que podía ser el más terrible paraíso. Inspiró y reconoció enseguida ese peculiar aroma que los delataba mezclado con el sutil olor dulce y exuberante que ya poseía esa fémina. Por suerte, nadie más sería capaz de captarlo o eso esperaba.
El corazón se le encogió a Freyja pero no permitió que nada perturbase su fría apariencia, al fin y al cabo era una Diosa, intocable, insensible...
   __Malditas Nornas2__pensó apretando el puño. Ellas y sus intrigas, no deberían poseer tanto poder, ni siquiera sobre sus propias vidas. Pero era así y ya no se podía hacer nada para remediarlo.
Miró las suaves y pequeñas manos de la supuesta humana de largas pestañas y terminó de repasar su figura, sí... Sin duda era ella. Se acercó un poco más a Arya y ladeó el rostro; era bastante alta a pesar de todo pero no tanto como ella. Suspiró aún sumida en sus pensamientos y anduvo a lo largo de la diáfana estancia.
Debía llevar ese asunto con pies de plomo y asegurarse que los dos hermanos no supusiesen ningún problema. Podían sospechar, pero no harían nada, por su propio bien eso esperaba.
Fijo sus ojos en el mayor de ellos y resiguió las formas de su cuerpo masculino, desde luego cada vez que lo veía entendía por que le toleraba todas aquellas insolencias.

Cronicas Oscuras

El desván del escritor => Tu Diario => Mensaje iniciado por: Leila en Julio 19, 2012, 15:31:25