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Imprimir Página - Evangeline: La Reina de la Oscuridad ·EN PROCESO...·

Cronicas Oscuras

El desván del escritor => Tu Diario => Mensaje iniciado por: Naia en Mayo 01, 2011, 19:12:43



Título: Evangeline: La Reina de la Oscuridad ·EN PROCESO...·
Publicado por: Naia en Mayo 01, 2011, 19:12:43
 emo 064 Nota: Esta es una pequeña historia que he estado creando....espero les guste... emo95 emo95

 emo 102 Gracias val por corregirlo emo 042

 emo 103 emo 103 emo 103
EVANGELINE
La Reina de la Oscuridad

Fue dicho en un pasado que los sueños son el reflejo de nuestras vidas pasadas.

Una ventana hacia el futuro que  te ayuda  a superar las pruebas que se avecinan.
O simplemente, hacerte espectador de tu propia vida?

¿Qué harías si tu destino dependiera de esos recuerdos, vueltos sueños?

¿Si te revelaran que tus caminos no podrán ser aquellos que tenías planeado? Enseñándote que el futuro es más incierto de lo que pensabas?

Y que deberás sobrevivir.  Si quieres llegar?

¿Piensas que el mundo es simple?  Yo lo hacía?

Yo, sí.

Lo hacía?


(https://lh6.googleusercontent.com/_EyvgEkCydOI/TOZwHebqJTI/AAAAAAAAAvA/q8byDMfWaXU/s640/2.jpg)

El Sueño

En un enorme campo de rosas que se extendía por un inmenso valle, la figura traslucida de una joven se hizo presente. Y poco a poco se fue tornando más sólida.

Lo primero que pensó la joven fue que todo lo que veía frente a ella era único, lo segundo fue una pregunta.

«¿Cómo había llegado allí?».

Pero no tenía la respuesta para ello, su mente estaba en blanco. Los recuerdos que tenía se esfumaron con el viento cálido y reconfortante del lugar.

Apenas lograba formular palabras en su mente, qué podría decirse de oraciones o pensamientos más complejos. Pero aun así, con un mínimo de conciencia, pudo formular la duda de su presencia en aquel lugar.

 «¿Por qué estaba allí?».

En su mente oscilaban imágenes confusas y sin sentido aparente. Una leve sensación de pertenencia recorría su corazón, pero su parte lógica le indicaba lo absurdo de ese pensamiento.

Todo era? extraño y familiar.

«¿Por qué?».

Otra pregunta que no sería respondida, al menos, no por ella, y de eso sí estaba segura. Sacudió la cabeza un poco tratando de ordenar sus ideas, que a cada instante se hacían más vagas, y fijó su mirada en lo que la rodeaba.

Un sentimiento de desconcierto la inundó por unos instantes. Su ubicación podía ser desconocida para ella, pero tenía una certeza irreal de qué o quién era.

Todo su mundo sostenido por aquel conocimiento.

«Es absurdo ?se dijo?,  por qué no podía ser cierto, ¿verdad? ?se preguntó.»

La parte lógica dentro de su mente le decía qué lo que pensaba de sí misma no podía ser cierto. Y con eso reflexionó. Una pequeña claridad mental se había formado en ese instante, una que había perdido desde que llegó a aquel lugar.

«Sabes quién eres? dilo ?susurró de pronto una voz dentro de su mente, una que le era demasiado familiar?. Dilo? ?repitió de nuevo aquella voz con impaciencia.»

?Soy  el viento y el fuego? ?dijo, obedeciendo a la voz pero en susurros. Quien se mostró complacida dentro de su mente.

«Sí, lo eres? ?acordó la voz?.¿Qué más? Dilo? ?ordenó esta vez, pero dulcemente.»

?Soy el agua y la tierra? ?siguió murmurando ante la orden?. Soy todo ?y al terminar, sintió la verdad de aquellas palabras.

Pero de nuevo, la parte sensata de su mente que se guiaba por la razón le decía que era absurda. Y tan pronto como había llegado, la voz dentro de su cabeza se marchó, y lo sabía porque de nuevo empezó a sentir la inestabilidad de sus pensamientos.

El desequilibrio volvió, pero se había dado cuenta antes de que desapareciera que, el escuchar voces dentro de su cabeza, no indicaba que estuviese muy cuerda que digamos, y  solo era un amasijo de pensamientos dispersos.

Era consciente solo de sí misma, de su existencia y de lo que la rodeaba.

Fue como si hubiera nacido de nuevo, todo lo que veía era llamativo, conocido? pero a la vez extraño, como si se hubiera convertido en un animal.

En ese momento y lugar. Ella era, solo instinto?

El aroma de las flores la hipnotizó desde el primer momento en que colocó sus pies en aquellas tierras.

El olor era suave y delicado;  cuando su olfato lo captó, una euforia se introdujo en sus sentidos. Toda razón se esfumó? y cada idea fue removida; todo excepto el sentimiento de alegría, de éxtasis y comodidad.  

Se halló confusa ante aquella vorágine de emociones.

Primero la incertidumbre y después la familiaridad de que su estancia en aquel lugar era correcta. Se decía que no podía sentir ambas cosas. Trato de luchar contra lo que fuera que le hacían las rosas y de nuevo formar ideas. Algo más que solo estar atrapada en aquel júbilo, pero tan pronto como lo hizo? falló.

Poco después ya no intentó hacerlo; sus fuerza y determinación desaparecieron. Las rosas habían tomado su voluntad por completo.

Ya solo era consciente de que caminaba. Sin rumbo. Sin presiones.

La vida se trataba solo de avanzar para ella, avanzar por el borde de aquel campo de rosas. Y en ese momento, la invadió por completo la perfección y la belleza que la rodeaba.

Se olvidó de luchar, o siquiera que debía intentarlo. Era impulsada a dejarse guiar por una fuerza que no comprendía. Y no tenía ninguna defensa contra ella.  

Entonces oyó de nuevo aquella voz. Esta vez no le hablaba, pero sí entonaba una dulce y delicada canción que le despertó de la ensoñación en la cual había caído.

«Esa voz me llama ?pensó, y recordó de pronto por qué se le había hecho familiar anteriormente. Fue por eso que fue allí,  se dio cuenta de pronto; por ella.»

La voz de aquella mujer rompió por completo el hechizo que las rosas formaron para ella. Unas flores cuyos arbustos ahora siseaban, como víboras que habían perdido a su presa.

Pero no hizo caso del murmullo de éstas. Solo escuchó a la voz, cuyas notas subían y bajaban,  entonando una canción que fue hecha para ella?

La mujer la llamaba y tenía que ir?.

Cuando la luna se asoma al cielo?
Ella saluda a Leiann.

Las palabras llegaron a su corazón, llenando su mente?

Cuando la luna aleja la oscuridad
De la noche?
Ella protege a Leiann.

Sus pasos se  hicieron más apresurados en cada momento.

«Debo llegar ?se decía?. Espera? espera? ?quiso gritar, pero no pudo.»

La urgencia crecía dentro de ella, debía alcanzarla. Y aunque no podía recordar quién era la dueña de aquella voz, sabía que la necesitaba.

Mientras sus mágicos rayos
bañan la tierra?
Ella fortalece a Leiann.

La voz de esa persona la llevó allí.

 « ¿Quién era?? ?se preguntó.»

Pero en ese momento ya estaba corriendo, y sin darse cuenta de ello ya estaba dentro del campo de rosas. Pero no le importó lo que aquello significaría para ella.

Sabía que venía el final de la canción. Debía correr más rápido o no la alcanzaría.

Y si la luna se vuelve roja
Ella busca a Leiann?
¿Dónde estás?
Mi Leiann?

La última palabra fue como una caricia. Fue entonada muy suavemente hasta que se fue perdiendo... y después de eso, todo quedó en silencio.  

Entonces se detuvo abruptamente en el centro del campo de rosas

«¿A dónde... se fue? ?se preguntó algo angustiada. El eco de la melodía aun resonaba en su corazón.»

Fijó sus ojos  en todas partes, solo para descubrir que se encontraba en el centro de aquella inmensa rosaleda.

Trató de salir de allí, pero el aroma de las rosas la atrapó nuevamente, alejando sus recuerdos de la voz y de aquella melodía, tornándola solo en un recuerdo distante y sin sentido dentro de su cabeza que fue desapareciendo poco a poco de su mente.

Y a medida que el embrujo de las rosas fue envolviéndola, éstas respondieron a ella y se movieron en su entorno.

Las ramas de los rosales se movieron como víboras, arrastrándose hacia ella y subiendo por su cuerpo. Realizó un movimiento, pero no se alejaron de ella. Las espinas no la dañaron ni hirieron de alguna forma.

Pero sentía las rozaduras de las espinas como caricias. Y un sentimiento de alegría la invadió por aquel gesto.

Como si esto fuera lo que debía ocurrir, cosa que acabo confundiéndola, porque después de todo lo que estaban haciendo las rosas, ella no sintió miedo.

Y en algún lugar profundo dentro de su mente, sabía que debía temer.

Algo malo pasaría pronto? muy pronto.

Cuando terminó aquel pensamiento, la figura de una mujer se materializó frente a ella. Era muy hermosa y vagamente pensó que había visto ese rostro en algún otro lugar. Los ojos de la mujer eran del color de la miel, y poseía  un semblante aparentemente tranquilo y distante. Ojos que la miraban fijamente y que contenían miles de secretos?

? ¿Quién eres? ?logró preguntar aún rodeada por las rosas.

La mujer sonrío de forma tranquila y condescendiente, como si hubiera esperado aquella pregunta de su parte desde hacía mucho, mucho tiempo.

?Soy tú?

 Y el mundo en el cual se encontraba fue sacudido por aquella verdad.


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Valnelia en Mayo 01, 2011, 19:21:14
Muy buen comienzo, wapa.   emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 01, 2011, 19:30:16
Gracias...val.... emo 62 emo 62 emo 62 emo 62


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Shen Mei en Mayo 01, 2011, 19:37:47
 emo 103 genial!


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 01, 2011, 19:53:42
gracias.. emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Mayo 02, 2011, 15:39:07
que sepas que me encantoooooooooooooooooooooooooo



Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 02, 2011, 15:45:38
Gracias¡¡¡ emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Tenshi en Mayo 04, 2011, 22:00:27
Genial!! emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Jecrufe en Mayo 05, 2011, 07:28:12
Genialllllll emo95


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 05, 2011, 15:34:04
gracias..¡¡¡ emo 103 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 11, 2011, 12:51:15
PARTE II
(https://lh3.googleusercontent.com/_EyvgEkCydOI/TcK07apvJ8I/AAAAAAAABi8/P_iFCVYEiCc/s720/parte%20II%20cotidiano.jpg)

Evangeline

Eva despertó abruptamente del sueño con un fuerte dolor de cabeza?

Hacía como una semana que no dormía del todo bien. Y lo peor? que no recordaba de qué iba el sueño, o pesadilla más bien.

Solo tenía el presentimiento de que debía haber sido malo, ya que un deje de angustia aún estaba rondando dentro de su mente...

«Malditas pesadillas? ¡!déjenme en paz ¡!», gritó dentro de su mente, con el corazón todavía acelerado, sentía como si hubiese tenido una descarga de adrenalina.

Ahora sabía lo que los actores de sus pelis querían decir con eso: «!¿Por qué?, por Dios¡».  

Casi había saltado de la cama al despertar y el dolor que tenía en la cabeza solo empeoró cuando tuvo que mirar a todos lados en la habitación, buscando algo? que ni ella sabía realmente lo que era.

Pero con todo eso llegó a una conclusión muy razonable, tal vez una lección que debería recordar para siempre?
«No volvería a comerse tres pizzas con coca cola antes de ir a dormir.»

El dolor que sintió al despertar desapareció en los minutos que había estado reflexionando acerca de la pizza y la coca cola. Se llevó las manos a los ojos, frotándolos, y luego bostezó ampliamente.
 
Aún tenia sueño. Se reacomodó en la cama y se acurrucó en las cálidas sabanas.

Estuvo así como un minuto, relajándose para  intentar volver a dormirse, cuando un rayo de luz entró desde la ventana y le dio justo en los ojos.

Agarró la almohada  y la puso sobre su cabeza, así el sol no le daría de lleno.

Unos instantes después trato de dormirse, dos minutos más y casi logró permanecer de nuevo en los brazos de Morfeo,  pero un estridente sonido la detuvo.

Era el despertador.

Lloriqueó unos segundos y luego, enfadada, acabó maldiciendo al sol y a la mañana por atreverse a existir?
Se levantó lenta y pesadamente arrastrando las sabanas tras ella, que cayeron al suelo cuando salió por completo de la cama.

No las recogió porque le daba pereza hacerlo. Y solo siguió dejando todo incluso más desordenado que antes. Miró atrás observando el desorden y luego al frente.

?Necesito una ducha ?susurró antes de continuar su camino.

Siempre estaba de mal humor cuando despertaba?

Ni siquiera su madre venía a despertarla desde que cumplió ocho años; prueba de que la conocía muy bien? y de que los demás que se creían valientes, debían tener cuidado de hacerlo.

Automáticamente caminó por la habitación hacia el cuarto de baño. Si hubiera habido alguna cosa extraña en su habitación, justo en ese momento, ni se habría dado cuenta.
  
Era como un zombi, con un solo objetivo en mente; introducirse al baño? y lo del medio que se quitara.

Cuando estuvo dentro, observó la manilla de la ducha y la encendió. Se desvistió lentamente, mientras bostezaba a cada pocos segundos.

En eso recordó el porqué de su extremo cansancio.

El día anterior fue la clase de educación física. Habían hecho como tres vueltas al campo de juegos del instituto y casi le quitaron las ganas de siquiera tener piernas. Incluso casi le habían dado calambres y algún que otro tirón...

?Malditos entrenamiento ?se quejó, y toco el agua con los dedos. Luego introdujo todo el cuerpo, que estaba aún medio dolorido, bajo el agua caliente.

No le gustaban los ejercicios físicos. Es más? estaba en contra de ellos.

Y su cuerpo estaba de acuerdo con ella.

Cuando habían terminado de dar las vueltas, empezó a sentir pulsaciones en las piernas, como si éstas hubieran desarrollado pequeños corazones que escogieron ese momento para comenzar a latir, y dentro de su pecho sintió que algo se quemaba, como si se desgarrara necesitando mas aire.

Definitivamente era la peor materia junto con las matemáticas.

«Aunque pensándolo mejor: las matemáticas llevaban la delantera y educación física iba después». Dentro de su cabeza, su voz interior realizó un eco en acuerdo  a la reflexión.
 
Era agradable que por una vez estuvieran de acuerdo en algo. Su voz interior le respondió con un bufido? y algo parecido a poner los ojos en blanco.

«¿Todos tenían molestas voces interiores?», se preguntó entonces. Era una pregunta que siempre se había hecho y para la cual no tenía respuesta.

Porque en realidad nunca se había animado a comentarle sobre eso a nadie.
«Y si decían ¿que estaba loca?»

?Hm? ?realizó un sonido medio especulando sobre ello, pero lo único que logró fue fruncir el ceño con la cantidad de probabilidades de las cuales podría resultar esa confesión.

Aunque todas ellas tenían algo en común; terminaban con ella en una camisa de fuerza y en un lugar con agradables personas de batas blancas? «Mala idea», le aconsejó rápidamente su voz interior.

?Está bien. Cuando tienes razón, tienes razón? ?contestó a su voz interior.

Porque bueno, no era como si fuera la primera vez que hubiese llegado a esa conclusión y por ella misma sin la ayuda de aquella parte de su mente.

Ya todos pensaban que era medio rara por vestir siempre de negro y tropezar con toda cosa que estuviera en un radio de distancia de ella.

Sin mencionar que obtener la oportunidad de asistir a Haven era única. Y el ochenta cinco por ciento de la población en Ashford estaba de acuerdo junto con el noventa y nueve de toda América.

Así que supuestamente era afortunada. Ella no se sentía afortunada o  algo cercano a eso? se seguía sintiendo como ella misma.

Aun seguía con la actitud indiferente a lo que sucedía a su alrededor  y poseía una personalidad excéntrica. Claro que si le preguntaran a sus compañeros?

Mejor no pensar en los rumores que se habían levantado en torno a ella.

Algunos hasta pensaban que pertenecía a una banda, lo cual era muy raro por que jamás en toda su vida se había montado en una moto, así que no necesitaba ayuda para parecer más extraña ante las personas de lo que ya era.
«Claro que no?», concedió su voz interior.

A lo cual ella respondió con un «cállate». Realmente su voz interior podía llegar a ser muy molesta, era así todos los días, ¿y la culpaban porque su actitud era mala? Si conocieran al yo interior que llevaba dentro, la proclamarían santa. En serio. Y no le objetarían tanto como lo hacían ahora. Porque ella tenía la fuerte opinión de que no hallarían mucha luz allí dentro?y eso era definitivo.

Estuvo como quince minutos así, solo dejando que el agua cayera por su cuerpo; despejando su mente de las telarañas que se formaron esa mañana y alejando un poco el cansancio que se había cernido sobre ella.

Después  de otros veinte minutos se encontró a sí misma divagando dentro de su mente. Siempre acababa haciendo eso, se introducía dentro de su propio espacio y solía apartarse del mundo real.

Eso no siempre era bueno, ya que algunas veces había provocado que chocara contra una columna. Fue una vergüenza enorme, pero le había parecido como si hubiera salido de la nada frente a ella, y PAM? se había dado de lleno contra el poste.

En el momento que recordó eso, se percató de que tenía que salir ya si quería llegar a tiempo al instituto. Recogió la toalla limpia, que su madre le dejaba siempre cada mañana.

Cuando pensó en su madre, le dio algo de hambre y se preguntó que habría para desayunar.

«La coca cola y la pizza  no te sirvieron de lección, ¿eh?». Se encogió de hombros ante aquello y prosiguió a vestirse un poco más rápido.

Para el día de hoy, que el cielo estaba medio gris, decidió que se pondría una blusa roja con un vaquero negro. Se los puso y fue a su armario por su abrigo largo que le llegaba hasta las rodillas del mismo color que el vaquero, para que hiciera juego.

Y también, porque refrescaba un poco esa mañana. Además de que el negro era el color perfecto para todo, al menos desde el punto de vista de ella.

No se colocó ningún maquillaje? ¿para qué?  No los necesitaba. Solo se aplicó un brillo transparente en los labios y se miró al espejo.

«Sip? así está bien», se dijo a sí misma, examinándose.  En el Haven no tenían uniformes, valoraban la individualidad de cada estudiante o algo así, no recordaba todos los valores que resaltaba el instituto de todas formas.
Luego observó el pequeño escritorio que se encontraba dentro de la habitación en donde estaban su mochila y los libros. Los tomo de uno todos y los metió sin orden dentro. Junto con unos bolígrafos, dos lápices de papel, un sacapuntas, al cual miro antes de meterlo preguntándose si aún funcionaba, pero después de un instante solo lo coloco junto con los demás y se encogió de hombros.

Ya estaba lista para ir.

?¡Eva¡ Ya baja a desayunar, se te hará tarde? ?le gritó su madre desde la planta baja de la casa?

?Ya, Ma, estoy bajando? ?contestó mientras se colocaba la mochila en el hombro y bajaba para desayunar.
Si los dejaba allí estaba segura que se le olvidarían.

?Claro, Eva, te creo, solo apresúrate? ?respondió su madre, riéndose de ella.

A lo que Eva no tuvo más remedio que poner los ojos en blanco justo mientras abría la puerta y luego, bajando las escaleras, se preguntó: «¿Por qué nunca le creía, cuando se lo decía?». A lo que su voz interior contestó con otra pregunta: «¿Por qué nos conoce?». Lo que la hizo realizar unos bufidos antes de sentarse en la mesa y servirse el desayuno.


Emma

Se encontraba ya vestida y tomando el desayuno; a la hora exacta para realizarlo de forma tranquila y ordenada. Todas sus actividades para el día estaban escritas en la agenda que el Sr. Collins había elaborado para ella.

La mesa frente a ella era elegante y delicada, cada platillo y cubierto estaban debidamente colocados sobre la misma.
 
El Sr. Collins  había dispuesto para el desayuno de hoy unas tostadas, el té con leche, con dos de azúcar como le gustaban, y claro, sin olvidarse de las frutas cortadas en rodajas que estaban justo al costado derecho de un platillo de duraznos, todo muy nutritivo que la ayudarían a obtener energía y comenzar el día. No sabía que pensar acerca de ello.
 
«¿Pensaba realmente el Sr. Collins que podría acabar sola con semejante desayuno? ¿Tal vez le estaba dando una indirecta de que debía comer un poco más?», se preguntó después mientras se servía un poco. «O tal vez pensaría que Eva le había contagiado un poco de su apetito.  Cuando pensó en ello sonrió para sí misma.

Toda su vida había sido siempre solitaria? antes de conocer a Eva. Con sus padres viajando todo el tiempo por negocios familiares, nunca encontraban tiempo para ella.

 Solo eran los Collins y ella en una gran casa que estaba vacía. Frías paredes de mármol y finos ventanales y pasillos que carecían del cálido ambiente familiar. Nunca pudo disfrutar de esos pequeños placeres mundanos. Ella, como hija única de los Petrucci, poseía también deberes sociales que tenía que realizar, inclusive ya desde la corta edad de diez años.

El Sr. Collins era un hombre que aparentaba entre los 45 o 46 años, hijo del anterior mayordomo de la familia. Los Collins habían trabajado para la familia Petrucci ya desde 15 generaciones y eran empleados muy leales. Cuando el padre de Collins murió, pasó a ocupar el puesto de mayordomo de la familia, y esto ocurrió justo unos días antes de que naciera.
Así que  tenia a Collins como único acompañante prácticamente desde? siempre. Lo había llegado a apreciar mucho durante todos esos años. Y él se preocupaba por ella tanto, se entristecía de que no tuviera amigas y que no quisiera relacionarse con ninguna otra persona.

Ella siempre observo a la sociedad a la cual pertenecía como frívola, que no veían más que por sus propias ambiciones sin fijarse en los demás. Así que cuando llevo a Eva a la casa, Collins se mostro contento por ella.

Sacudió suavemente su cabeza para alejar aquellos pensamientos tristes. Y examino en la agenda lo que haría hoy, una de las cosas que realizaría seria estudiar con Eva en la biblioteca las lecciones de matemática que le resultaban difíciles.
Para ella, Eva era una persona despistada y un poco descuidada, pero tenía muchas cualidades. Ya que su inteligencia y rapidez de mente se mostraban cuando desea comprender o conseguir algo.

Se hicieron amigas en el primer año de instituto, ya casi a mitad de año. Antes de eso ni siquiera habían cruzado más de dos palabras. Ya que Ella no prestaba mucha atención a sus compañeras de clase y aunque era muy popular por ser una  Petrucci, no se relacionaba mucho con los demás.

Eva era una alumna que no destacaba entre los demás alumnos, era callada y reservada. No se llevaba bien o mal con ninguno de los compañeros/as.

Desde su punto de vista era un cero a la izquierda. Aunque debía admitir que tenía un aura extraña que mantenía a los demás alejados. Era como si no perteneciera a este mundo. «Ya basta, leer demasiadas novelas paranormales no te hizo mucho bien», recordó que se dijo en ese entonces y aun lo pensaba.

Para ella fue algo muy extraño, ya que al principio era como si algo en Eva la llamara y la repeliera de acercársele. Ni siquiera sabía que estaba becada en el Haven.

Solo fue después de aquel incidente que se hicieron amigas? De pronto una voz la alejo de aquellos recuerdos?
?Señorita, ya es hora, su chofer la espera? ?anuncio el Sr. Collins desde la entrada del comedor. Luego cruzo el umbral y se acerco a ella para ayudarla con la silla para levantarse

?Gracias, Collins? ?dijo, levantándose de la mesa?. Ya estoy lista? ?informo al mayordomo, quien asintió con la cabeza.

?Señorita, Emma, su mochila? ?la aviso, entregándosela con un rostro impasible de formalidad.

?Oh, qué extraño, pensé que la había bajado. Gracias? ?dijo, tomando la mochila de sus manos  y encaminándose hacia la puerta seguida por Collins, mientras decía?: Hm? creo que invitare a Eva a dormir hoy, así que por favor, ve que todo esté listo. ?Cuando llego hasta la puerta, volteo para ver la sonrisa del Sr. Collins por aquello?. Bueno, eso es todo, ya sabes lo que le gusta Eva? nos vemos más tarde ?agrego finalmente para después  salir de la casa y subir al auto que la llevaría al instituto Haven.



Zacarías

La vida apesta.

Esa era su firme creencia desde que despertaba hasta que acababa el día, desde el mismo momento que llego a Ashford.
Y esa mañana, al levantarse y mientras se preparaba para ir al instituto, no había cambiado de idea. Algunos pensarían que estaba exagerando; pero no era cierto, era la más absoluta verdad para él.  

Y en serio, lo creía; se aburría en la ciudad de Ashford, la vida allí era como un carrusel, y para un chico de16 años, estos apestaban? y lo hacían en grande.

Todos los días eran monótonos.  No pasaba nada interesante alrededor de él? «Aunque pensándolo bien», se dijo, «no era la vida en sí misma».

Solo el lugar en donde se encontraba y había sido aislado. Cada día tan parecido al anterior. Ya saben, como si estuvieran viendo una película miles de veces y ni siquiera fuera una que te gustara.

Sí, era como para querer pegarse un tiro, pero se amaba mucho a sí mismo como para hacerlo, además empezó a darse cuenta de que él no era el problema sino sus padres, por condenarlo a semejante tortura.

Lo único interesante fue haber encontrado a Emma y a Eva; con quienes se junto desde el momento mismo que las conoció. Eran divertidas? o al menos Emma lo era. Eva solo era extraña, la mayor parte del tiempo, pero también le agradaba.  

Y aunque ambas eran un año menor que él, se divertían juntos. De esa manera, asistir al Haven se volvió un poco más aceptable para él. Si no fuera por ellas, su amor propio no le habría bastado y se habría decidido tarde o temprano a tirarse a un rio para dejar que el agua se introdujera en sus pulmones y lo ahogaran.

Claro que el decidir aquello no lo ayudaría en nada. Por una simple y sencilla razón; el maldito pueblo de Ashford  ni siquiera tenía un arroyo o algún pequeño lago que fuera lo suficientemente decente para que cumpliera el trabajo.
Sí, señor, sus padres le habían jodido bien grande al mandarlo aquí.

Y todo porque había destruido un par de autos.

 O sea, tenían muchos, ¿qué les preocupaban unos cuantos perdidos? Después de todo, no es como si no pudiesen comprar otros, ¿no?

Pero bueno, aquí apareció el jodido terapeuta de ellos, quien les había dado a entender que él necesitaba un cambio. ¿Un cambio...? ¿Él? ¿Para qué? ¿Y por qué razón? Él no creía que necesitara cambiar su forma de pensar o el ambiente en el cual siempre se había desenvuelto.

Estaba bien consigo mismo. Y que el mundo se fuera al diablo si no le gustaba como era.

Después de todo, ¿que era el mundo para un Drent?  

Solo algo que debía tomar y conquistar.

Ceilenn
Templo Mayor.
Región centro norte de Theeron.
Kolt. De la Gran Madre.

Doce guerreros caminaban con pasos firmes y seguros hacia la entrada del Kolter. Habían sido convocados por la segunda Alta Sacerdotisa de Ceilenn. Esto fue un acontecimiento inusual por donde quiera que se  mirara.

La primera razón de que esto fuera así, que siempre eran convocados solo dos de ellos o un máximo de tres BELHOR a la vez. Pero que los doce fueran llamados era de cierto modo inquietante.

Y la segunda razón de ello era que casi nunca se hacía, solo en épocas de guerra o en casos excepcionales, donde debían tomar decisiones que repercutirían a un nivel mundial en Ceilenn.

Cada uno de ellos iba vestido con su armadura sagrada, mostrando los colores de sus clanes, junto con el símbolo de las bestias, con los que fueron bendecidos desde su nacimiento hacía cientos de años...

Atravesaron las puertas del Kolter y caminaron por algunos corredores, tan majestuosos  e imponentes que cegarían la vista de simples mortales, y cuyas paredes estaban llenas de inscripciones con símbolos del ancestral idioma que dio origen a la vida en Ceilenn.  

También podían observarse las guardas que estaban gravadas en las piedras, que protegían a los que vivían dentro de los muros del palacio. Éstas eran diferentes a las demás inscripciones ya que destacaban con un inusual rojo escarlata.
Los muros del Kolter del templo mayor eran impenetrables o eso había creído desde tiempos antiguos. Una sacerdotisa se apareció de pronto y se paro frente a ellos frenando la marcha hacia el salón principal.

?Mis señores, permítanme guiarlos ?les  dijo antes de voltearse y situarse frente a ellos para guiarlos.

Se miraron unos a otros, pero la siguieron sin decir nada, solo unas inclinaciones de cabeza como afirmación fue todo.

Eran muy conscientes de su fuerza y de que podían hacerle frente a cualquier cosa si los guiaban a una trampa. Pero eso no evito que se hicieran preguntas como: «¿Por qué no iban al salón principal para la reunión? Y, ¿por qué no fue la primera sacerdotisa quien los convoco? ¿Qué pasaba realmente?». Ninguno de ellos hizo estas preguntas en voz alta, pero quedaron suspendidas entre ellos a través de las miradas que se daban entre sí.

Solo siguieron a la pequeña sacerdotisa hacia el lado sur del Kolter, donde los pasillos estaban impregnados por una magia pura y antigua como el universo mismo. Ese lugar inquieto a los Omish sagrados dentro de ellos, cosa que no les agrado a ninguno; sabían a donde los dirigía ese camino y que hubieran sido convocados para asistir a ese lugar no era buen augurio.

Llegaron a las puertas del Kolter mayor y se miraron sorprendidos entre sí; lo sospecharon de algún modo, pero esto era demasiado para asimilarlo.

El poder del lugar los saludo con una corriente de energía que agito aún más a sus Omish e hizo que resonaran sus auras con el poder ancestral. Si ellos no fueran los BELHOR, príncipes de Ceilenn, solo andar por el pasillo los abría vuelto locos o peor  aún, los habría llevado a la muerte.

Era una leyenda que solo la Reina Leiann y sus consortes podrían entrar a ese lugar.

Cruzaron la puerta y observaron el trono de Leiann que estaba frente a ellos, en sus costados estaban dos pilares del mármol más negro que existían en todo Ceilenn, que representaban a los soportes del universo de su mundo. Desde que entraron por la puerta no hablaron entre sí, hasta que el silencio fue roto por uno de ellos.

?Demonios. ¿Alguien sabe por qué nos convoco a todos? ?pregunto impaciente Nara, cuyos ojos eran de un negro que rivalizaba con los pilares.

?No, a mi tampoco me dieron más detalles que a ti o que a cualquiera de nosotros, por lo que veo ?contesto Iommi, que era el más tranquilo de todos, con unos ojos tan azules como zafiros que transmitió firmeza y tranquilidad en sus palabras mientras observaba los rostros en blanco y miradas de confusión de algunos.

Siempre era bueno que él se encargara de Nara. Todos conocían su temperamento volátil, no siendo conocido por ser el más calmo de los guerreros o incluso el más sensato, ya que siempre se metía en problemas.

No le gustaban las reuniones y era  más feliz matando algo que hablando.

?Ya veo ?le contesto Nara a Iommi, para nada contento porque no tuviera la  información, así que lo intento de nuevo?: ¿Ni siquiera tienes sospechas de que podría tratarse?

Según veían la interacción entre los dos BEHLOR, se dieron cuenta que Iommi intentaba aplacar a Nara otra vez. Todos esperaban que éste pudiera calmarlo.

No querían molestar a una Alta sacerdotisa. No si la segunda sacerdotisa era Tharaa, quien era muy seria y no tenía un sentido del humor bueno. ¿Y porque no ser sinceros? Ellos ni siquiera podían pensar que tuviese uno, bueno o malo.

?En realidad, no, pero debe ser algo importante. ¿Por qué más nos convocaría a todos, en estos momentos, si no fuera así? ?indico razonablemente Iommi.

?De acuerdo. Pero no?. Esto no me gusta, estar aquí está agitando a mi Omish? ?dijo, pero no continuo preguntando.
Todos se calmaron, Nara no crearía problemas al menos por ahora, y a decir verdad, a nadie le encantaba la idea de encontrarse dentro del Kolter; sus bestias hacían resonancia con la magia del lugar, no solo era Nara el disgustado.
Por su parte, Nara quería luchar y golpear algo, estar inactivo solo lo ponía más tenso. Por eso Iommi y los otros no habían dicho nada, anticipándose a su reacción.

Un gruñido se escapó de Nara y éste retumbo a través de la habitación. Todos sabían que solo era un berrinche por parte de él y que no haría nada.

 «Que lastima. Tal vez una buena pelea me habría ayudado, o tal vez no», pensó Nara. Después de unos segundos, dio un resignado suspiro y todos supieron que Iommi había ganado, al menos por ahora.

En eso, la Segunda Alta Sacerdotisa entro en la habitación.

Treinta minutos después?

?No lo hare. ?Eso fue lo último que salió de la boca de Nara antes de que la gran sacerdotisa lo lanzara a través del salón por medio de una gran ráfaga de aire.

? ¿Qué dijiste? ?pregunto Tharaa, la segunda alta sacerdotisa, en un tono suave y meloso, con lo cual la sala quedo en un silencio tenso.

Cuando la alta sacerdotisa ejercía esa voz era porque había problemas. Ella no aceptaría una discusión de parte de nadie sobre la decisión que acababa de anunciar ante los BELHOR, de las doce casas de Ceilenn.

?Maldita? ?susurro Nara minutos después de recuperarse. Se había dado de lleno contra el muro sur del gran salón. Una pequeña elevación del labio de Tharaa, en forma de burla, le indico que aquel comentario no le pasó desapercibido.
Pero aun así no dijo nada acerca de ello.

?Ya está decidido. Irán a traerla ?emitió de nuevo la orden, pero esta vez, con todo el poder que le confería ser una Sacerdotisa de la gran madre.

Esta  decisión le había llevado tomarla tres noches con sus días y una profunda oración. El futuro de Ceilenn dependía de esto y no se lo tomo a la ligera. Y la gran madre le había respondido en sueños, dándole su total aprobación.
Nara se sacudió un poco como si fuera un gran felino y soltó un gruñido de disgusto. Pero se mantuvo callado ante la orden. Lo que le indico a Tharaa que obedecería aunque todavía no lo aprobara, no del todo aún.

?¿Dónde está? ?pregunto el guerrero a la derecha de Iommi, cuyo nombre era Taresh. Sus ojos eran de un lila profundo como los mares del norte de Ceilenn. Éste, al contrario que Nara, se mantuvo en una voz neutral desde que la gran sacerdotisa dijo que localizaron a la reina. Y no dirigió ningún desafío hacia ella. Su actitud hacia todos era siempre la misma; nada parecía afectarlo realmente, no por nada era conocido como el príncipe de hielo. O al igual que la pregunta que realizo Nara: «¿la ofenderá?», y puntualizo esto alzando una ceja.

La gran sacerdotisa se acomodo ligeramente en el asiento en donde estaba, dirigiendo su mirada hacia Taresh.

Aunque el príncipe de hielo siempre era calculador, poseía un gran corazón que solo algunos eran capaces de percibir. La gran madre estaba orgullosa de cada uno de los guerreros en la sala. Y se lo hizo saber a la sacerdotisa transmitiéndole ánimo y fuerza de espíritu. La energía fluía del trono de Leiann hacia los guerreros, aunque estos no lo pudieran notar
«Muy bien», pensó Tharaa antes de continuar y esta vez ofreció una verdadera sonrisa a los guerreros antes de dirigirse a ellos. Pero aunque la sonrisa era honesta, los doce notaron que había preocupación en sus ojos. Era algo raro que mostrara tal debilidad ante ellos. Lo cual llevo a algunos de los presentes darle toda su atención.

?BELHOR, guerreros de Ceilenn, las sombras de nuestro mundo, quienes representan la oscuridad que nos rodea, al igual que  todo lo que la noche esconde; fortaleza, fuerza, coraje... Su deber?  No. Su honor, es servir a nuestra reina. Y ella ha sido localizada? ?pronuncio cada palabra ceremoniosamente, dando a entender que no solo era ella quien hablaba, sino la misma madre, quien la invistió con el poder?. La reina, por ese desafortunado evento de hace siglos ?pronuncio esto con pesar recordando lo que nadie pudo prever que sucedería, pero continuo informándolos después de unos segundos en donde todos rememoraron lo ocurrido?: Su alma nos fue arrebatada, dejando como imposible la posibilidad de que después de 500 años pudiera reencarnar ?y remarco esto con un semblante de puro miedo y tristeza. Ya que sin una reina legitima en Ceilenn, todo su mundo desaparecería. Al igual que una rosa cuando el invierno esta cerca?. Pero nuestra reina, Leiann, nos ha otorgado una señal de vida. No sé los detalles aun¬ de lo que sucedió, pero su alma fue liberada ?prosiguió haciendo otra pausa para luego continuar. Lo que les iba a decir no sería del agrado de algunos?. Pero no está aquí en Ceilenn

?Ya dilo, Tharaa. Sin más dramas y ceremonias. ¿Dónde está Leiann? ?apremio el guerrero del norte, Naiel, cuyos ojos eran de un rojo escarlata y  el más fuerte entre ellos. Tharaa sonrió  condescendientemente hacia él y les dijo:

?La reina, nuestra Leiann, está en la tierra, está en Shalm.

Y en tanto esta noticia era sumida por los Príncipes de Ceilenn, los relámpagos surcaron el cielo fuera del Kolter. El Gran salón había quedado en un total y completo silencio después del anuncio.

Una pequeña maldición fue todo lo que se dejó oír  mientras asumían que su Leiann había sido criada? por humanos.

_________________________
Explicación de algunos terminos:

Leiann: hija del Caos
BELHOR: es un titulo que reciben los principes de Ceilenn...
Kolter o Kolt: es una mension que reciben los lugares sagrados en Ceilenn un ejemplo los templos...
Shalm: es el nombre que se le da la mundo de los humanos...


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 11, 2011, 12:53:53
aqui esta la segunda parte espero les guste.. emo95
 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Valnelia en Mayo 11, 2011, 13:53:41
Estuvo genial, wapi.    emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Mayo 11, 2011, 15:00:42
me encantaaaaaaaaaa


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Mayo 11, 2011, 20:16:12
 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103
Gracias¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Junio 27, 2011, 16:05:52
Parte III
(https://lh6.googleusercontent.com/-uAXhgZ1FyyI/Tf6Q_wII-aI/AAAAAAAABwA/X-hhP3ajppc/s800/Image_010-308528.jpg)
SHALM

Eva llego al instituto Haven y se introdujo al aula, encontró a Emma sentada en el lugar de siempre.

El maestro de Ciencias, el Sr. Giben, aun no había llegado. Reacomodo su mochila en el hombro y se encamino al costado derecho del asiento de Emma. Nadie había ocupado su lugar aun.

«Que suerte», dijo para sí misma y sonrió.

?Eva? buenos días? ?la saludo Emma al ver que se acercaba y tomaba el lugar junto a ella.

?Buenos días? ?le contesto girando su cabeza para mirarla de frente. Luego de acomodarse en el asiento, vio que su amiga la miraba expectante por lo que pregunto, aun contenta?: ¿Qué hay?

?Bueno, es que quería invitarte a? ?comenzó Emma, pero no pudo terminar la oración.

?Buenos días, jóvenes... ?pronuncio saludando el maestro al entrar al aula?,  la clase dará comienzo, silencio y en sus lugares, por favor?

Un coro de «sí» y de «claro, Sr.  Giben» fue escuchado antes de que todos tomaran asiento.

?Bien? como vimos en la clase anterior, la Células están compuestas por?

************************************************************

Después de que terminaran las primeras clases, se dirigieron al comedor central. Emma se propuso comentarle a Eva sobre los planes para ir a quedarse a dormir en su casa.

Pero primero fueron a retirar sus almuerzos. Ya en el comedor empezaron a ver qué elegirían, había un variado menú.

Cada una se tomo su tiempo para decidir. Cuando estuvieron seguras, lo colocaron todo en una bandeja y se encaminaron al lugar que siempre ocupaban.

Observaron el sitio y  Zacarías ya estaba allí sentado, esperándolas. Y como si se hubiera percatado de la presencia de ambas, levanto la vista hacia ellas.

?Hola Emma, Eva? ¿Qué cuentan? ?les dijo al verlas.

?Hola Zac... ?dijeron ambas al unisonó antes de sentarse, seguidas de un «nada» y «no mucho» antes de que también se sentaran.

?Eva, tu siempre vistiendo tan alegre. Dime, ¿quien murió hoy? ?comento Zac con ojos risueños.

?Bueno, tú no, por supuesto ¿Acaso no es una lástima...? ?y marcó la pregunta con falso pesar mirando hacia Emma, quien puso sus ojos en blanco

?Bueno? ?empezó Emma para que ellos no continuaran y terminaran apuñalándose con más comentarios entre sí?, no pude hacerlo al inicio de las clases, pero, Eva, ¿qué te parece pasar en fin de semana a mí casa?
Y cuando Eva le iba a responder, Zac abrió la boca.

?¿Qué es esto? ¿Solo a Eva...? ?exclamo fingiéndose ofendido por la exclusión, pero sabía que Emma lo invitaría también?. Y qué pasara con tu pobre y desamparado amigo. O sea, yo... ?y mientras decía la miro con unos enormes ojos de cachorro triste.

?¿Que no tienes nada que hacer este fin de semana? ?intervino Eva, con una mirada divertida en los ojos?. Oí que las hermanas Thompson están tras de ti... y que incluso pelearon, ¡¡wau¡¡ ?termino riéndose de la mirada de terror que surgió ante la declaración.

?No digas eso, ¿estás loca...? Jamás saldría con ninguna de las dos ?le contesto rápidamente?. Oh, dios ¿quieres causarme una apoplejía?

?Pues no sé, ¿está funcionando? Quiero decir... ¿haría yo eso? ?pregunto con cara de inocente

?Claro que lo harías, fenómeno... y en un segundo, sin pestañear... ?dijo utilizando el apodo de burla que usaba para ella.

?Bueno, chicos... dejen de discutir, sé que se aman, pero no prediquen su amor de esa manera frente a mí ?anuncio Emma y en ese instante Zacarías y Eva voltearon al mismo tiempo hacia ella, que en ese momento estaba acomodando las cosas de su bandeja para empezar a servirse.

Levanto la cabeza y vio que ambos la estaban viendo...

«Solo muerto» y «ni loca» fueron sus réplicas  respectivas a lo que había dicho Emma.

Ella los observo luego mirarse fijamente y haciendo caras por el pensamiento de solo dedicarse amor o cualquier otra oración que incluyera sus nombres y una palabra amorosa. A lo que Emma se limito a reírse de ellos.

?¡Ok! Dejen de hacer caras... y hablando en serio ?les dijo Emma sonriendo y moviendo la cabeza de un lado a otro ligeramente para después mirar a la joven a su lado?. ¿Qué dices Eva? Nosotros tres, en mi casa, con piscina. E imagínate a  Collins con una bandeja de todo lo que puedas comer...

?Ah, pues no sé, tendría que hablarlo con mamá.

?Pero hoy es viernes, mañana empieza el fin de semana, Eva, más vale que apenas llegues a tu casa y le hables... o mejor, háblale por el celular, ¿para qué crees que se inventaron?

Eva puso los ojos en blanco antes de contestar:

?¿Esa fue una orden, Zac? Sé que me extrañarías si no voy ?pronuncio con pesar disimulado?, y pensar que Emma me ha dicho que no podías vivir sin mí y no la creí, pero debo admitirlo... escucharlo de tu boca es un shock.

?No sueñes, fenómeno...

?Lo sé, lo sé. A los chicos les es más difícil demostrar sus sentimientos, lo leí en el libro de la profesora Madison, pero
Zac, tú y yo no podemos estar juntos ?le explico con exagerado dramatismo, mirándolo directamente a los ojos y
tomándole una mano?, las estrellas no están de tu lado... Marte esta en conjunción con Venus y ha predestinado que lo nuestro termina en un gran fracaso.

?No seas payasa... ?le dijo realizando una mueca, aguantándose la risa?, es más, tu ni siquiera lees el horóscopo,  solo sabes que eres de Aries porque te lo dije... ?y esto último lo agrego riendo.

?Y desde esa vez, yo me he preguntado cómo es que tú sabes eso ?le replico con los ojos entrecerrados?, eres gay, ¿verdad?

Emma casi se atraganta y  empieza a toser. Eva se levanta y le da golpecitos en la espalda.

?Claro que no, fenómeno... ?le contesto mirándola como si estuviera loca o le hubiese salido otra cabeza?, mi madre es una fanática de ese tipo de cosas, así que me ha atormentado desde la infancia con un montón de esas estupideces, ya te lo dije.

?Pobre bebé...
Zac entrecerró los ojos y la observo como si quisiera ahorcarla. Emma ya se recuperaba de lo que Eva había dicho unos instantes atrás.

?Emma, no me culpes si la asesino un día...

?Emma, cúlpalo.

?Niños, niños... ?les dijo con un tono medio ronco a lo cual se aclaro un poco la garganta antes de continuar?, dejen de discutir. ?Mientras decía esto, Eva  y Zacarías se miraban entrecerrando los ojos?. Eva, déjalo ?pronuncio de nuevo su nombre, sabía que ella no se rendía muy fácilmente.

?Sí, sí, Emma, sujétale su cadena al caniche ?sugirió Zac.

?Guau, guau... ?le dijo sonriendo enseñándole oscuramente.

Emma suspiro y volvió a intentarlo:

?Zac, no ayudas, y Eva, qué dices, ¿iras a mi casa? ?le pregunto poniendo en sus ojos todo su anhelo de que ella fuera.

Eva la miro y realizo un puchero. Tomo el panecito que trajo con su comida, partió un poco, se lo llevo a la boca, lo trago y miro de nuevo a Emma quien esperaba su respuesta.

?Ok, se lo preguntare a la salida, a esta hora está en un caso.

?De acuerdo, entonces está resuelto, un fin de semana en mi casa ?dijo Emma como si el permiso ya hubiese sido dado.

?Sabes, Emma, aun no le he pedido el permiso ?replico Eva.

?Oh, vamos, tu mamá es un ángel, te dará el permiso, lástima que su hija no saliera igual... ?comento Zac.

Eva le saco la lengua a Zac y este puso los ojos en blanco. Emma descarto el comentario con un movimiento de su mano, mientras reía bajito de las cosas que se decían Eva y Zac.

Ceilenn
Iole

Templo Mayor del Kolter
Región Sur de Theron

La sacerdotisa tenía en su rostro una mirada fría y calculadora.

Observo a los machos frente a ella.

El primero de ellos, un guerrero llamado Kyr, se arrodillo primero frente a ella:

?Su excelencia, lo sentimos, pero es verdad. De alguna forma han encontrado el alma de Leiann...

A penas las palabras habían salido de su boca, se sintió molesta por ellas. No, más que molesta, las emociones que
surgieron en su interior en ese instante eran más cercanas a la ira que a una simple molestia. Levanto su mano y la coloco en su frente.

?¿A que se refieren con que la han encontrado? Explíquenme como pudo suceder eso ?les exigió con una voz afilada manteniendo su ira al borde.

No quería matarlos, aun no. Los miro fijamente mientras su compañero, Zair, asentía ante la pregunta.

?No lo sabemos, mi señora... ?contesto.

Iole esperaba que realmente le hubiera dicho algo significativo, pero al no hacerlo solo encendió su ira, aun más. Libero un poco de su poder hacia ellos, quienes aún permanecían arrodillados  y con la cabeza mirando hacia el suelo.

«Estúpidos, estúpidos», pensó.  

Se levanto de pronto y empujo de nuevo el poder por toda la sala, concentrando la mayoría de sus ataques en los dos individuos frente a ella.  El despliegue de poder ocasiono que varias cosas dentro de la habitación se rompieran y que las paredes se agrietaran con la fuerza del mismo. La mente de la sacerdotisa llamada Iole estaba en un caos de furia ciega por la ineptitud de sus subordinados.

Después de unos minutos, los dos Cely acabaron con sus ropas rasgadas y varias heridas de cortes en todo el cuerpo.

?Estúpidos, sus respuestas no me satisfacen para nada... ?pronuncio fríamente.

Cada palabra iba cargada de poder, y de nuevo sintieron como sus cuerpos estaban siendo castigados. Levantaron sus rostros e Iole pudo ver el miedo, mezclado con fascinación reflejada en aquellas miradas.

Eso la complació en alguna medida superficial por lo que decidió no acabar con sus vidas aun. Pero eso no significaba que no podría cambiar de opinión y aniquilarlos.

Ambos Cely se miraron ansiosos y el guerrero llamado Zair se postro en el suelo ante ella, que había vuelto a sentarse en el silla en la cual había estado anteriormente.

?Mi señora? por favor, no? no nos aleje de su lado... ?le rogo. Y Kyr lo siguió en la oración.

«¿No nos aleje? En vez de: no, nos mate. Ah ?exclamo mentalmente complacida?, fascinante, como pueden aceptar que sus vidas realmente no son nada, si no están conmigo...», reflexiono algo divertida.

Un atisbo de interés brillo en sus ojos, mientras los observaba implorar por su misericordia. Como si ella realmente tuviera dentro de si ese sentimiento. Lo cual la recreó en un pequeño grado.

?No fue nuestra intención decepcionarla, mi señora, por favor? ?pidieron ambos. Pero ella no era fácil, había acabado con muchos guerreros a su servicio mientras ellos imploraron por su vida, por su perdón... ¿su misericordia?

En este mundo no había nada más valioso para ella, que ella misma. Todos los demás eran solo piezas para conseguir lo que quería, eran medios y reemplazables por cualquier otro.

?¡¡Creen que quiero escuchar sus patéticas escusas!! Pues no, así que no lo intenten ?exclamo sintiendo que el enfado volvía?. Explíquenme como la maldita de Tharaa fue a dar con el paradero de Leiann ?pregunto más fríamente?, cuando se suponía que ustedes habían acabado con el alma de esa? ¿Cómo?

No dijeron nada.

Solo un gran silencio en torno a la habitación y los dos guerreros que la miraban con devoción y angustia en los ojos.

Para ellos no había nada más valioso en el mundo que la Sacerdotisa frente a ellos.
Morir era una idea placentera en comparación a volver a estar  fuera de su presencia. No les importaba si desde ahora solo podrían observarla de lejos,  pero estar completamente alejados de su presencia era mucho peor.

Harían lo que fuera para remediar el error que habían cometido, cualquier cosa, incluso traicionar a la misma diosa o a quien fuera, después de todo ya lo habían hecho una vez hacía siglos. Y lo harían de nuevo, si lo ordenara, solo por estar con ella?

La valoraban incluso más que a sus vidas y ella lo sabía, y observo cómo se retorcían esperando su decisión, así que había jugado con ellos desde el comienzo y aun lo seguía haciendo. Ya se había enterado por otros medios que el alma de esa maldita había encontrado un cuerpo. Así que su ira había sido formada esa mañana.

Amaba que todos la adoraran, sin importar el porqué de ello. Podría ser por su belleza, su fuerza, su agilidad o su destreza.  Pero eso no la detendría de jugar un poco con sus guerreros, después de todo eran suyos y haría con ellos lo que quisiera.

Habían cometido un error al no acabar con esa pequeña alma hacia unos siglos...  la ineptitud no era algo que apreciara... en ningún sentido o forma.

En su corazón y mente creía poseer todas las cualidades propias de una reina y había demostrado merecer esa adoración durante todos esos siglos. Y por todas esas cualidades, ella debería ser la única e indiscutible gobernante de Ceilenn, no una cualquiera... solo ella.

La antigua Leiann no había merecido la ascensión al trono y la prueba de ello estaba en como acabo. ¿Por qué tendría que dejar que ahora una extraña ocupara el lugar que a ella le correspondía? Y todo? ¿solo porque fue bendecida con el alma de Leiann y ella no? «¡Claro, que no¡»

«Todo el poder de Ceilenn era para ella y  para nadie más¡¡», pensó después.

Pero decidió dejar de jugar, tenía que encargarse de desaparecer a esa amenaza antes de que cruzara hacia ese mundo.

«Incompetentes. ¿Qué acaso todo lo tenía que hacer ella?»,  exclamo dentro de su mente, ya cansada por la infantil demostración de los guerreros.

?Silencio, ya me he cansado de sus palabras carentes de valor, retírense de mi presencia. Ahora, ¡¡o morirán!! ?sentencio.

Ambos Cely inclinaron su cabeza ante ella y se retiraron, sin decir nada. Porque sabían que si lo hacían estarían muertos. Iole quedo pensativa mirando por la ventana.

El viento era cálido y el cielo brillaba con pequeños relámpagos dentro de sí.  Por unos instantes se sintió atrapada y sin saber qué hacer. Sopesando todo el dilema.

No permitiría que nadie se interpusiera en su camino. En medio de las reflexiones, la imagen de un guerrero que podría serle de ayuda cruzo su mente.

Y con su recuerdo, una dulce y encantadora sonrisa se formo en su delicado rostro. «Él la ayudaría? ?decidió?. Después de todo, ya lo había hecho una vez.  No tendría por qué negarse a este pequeño pedido de parte de ella ¿no?

?Y su último pensamiento, antes de dirigirse hacia donde se encontraba él, fue: Estás muerta, Leiann.»


Evangeline

Camino en medio de la oscuridad sin rumbo...

Ni siquiera podía ver el camino por la negrura que parecía rodear el lugar. Lo que le resulto extraño fue que no podía
recordar cómo fue a parar a ese lugar.

«¿Qué no estaba en la casa de Emma?», reflexiono momentos después y giro su cabeza de un lado a otro para ver si vislumbraba algo, pero todo fue en vano.

No podía ver absolutamente nada.

Entonces, en el momento en que pensó que necesitaba luz, por alguna razón desconocida, su entorno empezó a tornarse más claro.

«¿Esto era un sueño? ¿Cuándo se había dormido ella?», se preguntó mientras un sendero se fue formando frente a ella.
Unos instantes después escucho una pequeña melodía que provenía de muy lejos de donde estaba, miro hacia el frente y vio una luz?

«¿Tal vez era el final del camino?», parpadeo dos o, tal vez, tres veces antes de cerrar los ojos, ya que la intensidad de la luz casi la cegó por un momento.

Se froto los ojos suavemente tratando de recuperarse de la repentina claridad de donde ahora se encontraba y poco a poco se fue adaptando.  Cuando pudo ver a su alrededor, se encontró en el centro de un campo de rosas negras, estas flores desprendían un suave y delicado aroma.

«¿Dónde estoy ahora? ?El paisaje le resulto familiar?. ¿Acaso conocía este lugar?», indago dentro de su mente, pero se le olvidaron los interrogantes una vez que la tenue melodía se dejó escuchar más cerca.

«Alguien la había llamado, ¿verdad?».  Y como si hubiera hecho la pregunta en voz alta, las palabras de la canción se hicieron más claras para ella:

Cuando la luna
se asoma al cielo?
Ella saluda a Leiann.

Cuando la luna
 aleja la oscuridad
de la noche?
Ella protege a Leiann.

Mientras sus mágicos rayos
bañan la tierra?
Ella fortalece
a Leiann.

Y si la luna
se vuelve roja?
Ella busca
a Leiann.
Mientras la escuchaba, se encamino como de forma automática y sin control alguno de su cuerpo hacia donde se encontraba la dueña de la voz.

 «¿Desde cuándo aquella voz había estado cantando para ella?»

La melodía parecía ser llevada por el viento hasta sus oídos. Y a  medida que las palabras de la canción iban avanzando, sus pies se fueron moviendo más y más rápido? como si tuviesen la necesidad de encontrar a la dueña de la voz.

«¿Quién era? ¿Por qué le cantaba? ¿Por qué acudía a su llamado? ?Las notas y las palabras le parecieron conocidas, las había escuchado antes, y si fue así?, ¿en dónde?»  

Esas fueron las dudas que se formaron dentro de ella. Se sintió desconcertada por su reacción hacia ellas ya que con cada nota, un hilo de regocijo se introducía en su cuerpo, como si aquellas palabras le otorgaran fuerza.

«¿Aquella mujer siempre la llamaba dentro de los sueños? No? ¿o sí?». Se sintió confusa,  y sabía que tendría que recordar algo así, pero?

¿Donde estas?
Mi Leiann?

La voz se marcho de pronto al igual como había llegado, dejándola sola otra vez, como cuando estaba en aquella oscuridad

«¿Por qué se alejaba? ¿Que no deseaba que la encontrara?»

Miro a todos lados y escucho atentamente, pero lo único que encontró fue el abrumador silencio que era roto por el tenue murmullo de los arboles al mecerse con el viento.

 Suspiro resignada ante por su actual situación.

 «Al menos ya no caminaba como si fuera una muñeca movida por hilos invisibles», reflexiono tratando de ver el lado positivo del extraño sueño.

Miro a sus costados y observo como las rosas se movían con el viento.

Se quedo por un instante observándolas fijamente. Sintió algo raro con respecto a ellas, como si las mismas debieran estar haciendo algo más y no lo estuvieran haciendo.

Y las miro atentamente mientras esperaba?

Y esperaba...

 «¿Qué esperaba? ¿Que estas se movieran hacia ella?»

«Sí, eso era lo que las rosas tenían que hacer?», sentencio dentro su mente.

«¿Por qué no lo hacían?», indago de pronto, luego razono aquel pensamiento y le resulto absurdo. «¿Por qué las rosas tendrían que venir a ella? Y siendo sincera ¿por qué tenía la impresión que debían moverse? Las plantas no se mueven?»
Giro la cabeza hacia aquel sonido.

Dum

«¿Una campana?», se preguntó saliendo de sus anteriores cavilaciones.  Se puso a dar un vistazo a su alrededor, tratando de descubrir de dónde emanó el sonido.

Dum

La segunda campanada fue más estridente que la anterior y pareció sacudir el inestable mundo en el cual se encontraba.
Se sintió inquieta? y algo desconcertada.

Dum

Otra campanada más, pero esta vez la resonancia causo que la visión ante ella empezara a cambiar.  
Las rosas empezaron a emitir un extraño brillo, pareciendo adquirir un tono más oscuro y sombrío. Fijo su mirada al cielo y observo como centenares de aves volaron agitadas alejándose del lugar.
Escucho como las aves parecían anunciar con su canto el augurio de algo oscuro y su corazón se aceleró de pronto.

Dum

El cielo se oscureció sin ningún aviso, tan rápido que ni siquiera pudo observar el cambio. Y el brillo del sol fue cubierto por las nubes, que estrepitosamente se unieron en su contra, como si fueran movidos por una voluntad extraña y ajena a la naturaleza.
La inquietud que se alojo dentro de ella hace unos minutos se extinguió por completo de pronto, como si lo que pasara fuera realmente lo que se esperaba que las nubes hicieran.
Su agitación ceso.

Fue curioso, pero el hecho no la desconcertó o causo miedo dentro de ella. Ni siquiera se cuestiono el porqué de su permanencia en el lugar, después de la abrupta calma, solo se quedó allí, esperando algo?

Algo más, no estaba segura de qué.

Pero se sentía expectante.  

Sí, esa palabra la describía, porque se encontró a si misma algo ansiosa y alerta también.

Esperando algo o a alguien?

«¿Vería a ese alguien? ¿Cuánto había pasado? Pasado? ?pensamiento que cuestiono de pronto?. ¿Pasado de qué??», preguntas y más preguntas cruzaron por su mente pero para ninguna tenia respuesta.

Y mientras, a su alrededor, las cosas seguían cambiando y adoptando otra forma. Cuando las inversiones terminaron, camino de nuevo entre las rosas, que ahora parecían más vivas que antes y las sintió familiares, como siempre debieron ser.

Fue un tanto particular y reconfortante a la vez.

Y a medida que avanzaba a través de las rosas, sintió la rica tierra bajo sus pies, como si esta le brindara su fuerza y la alimentara, se sintió embriagada, feliz por esa inusual experiencia.

Tanto que se encontró extendiendo los brazos para sentir al viento entre sus dedos, mientras este bailaba en torno a ella, como si hubiesen jugado juntos antes,  giro sobre si misma lentamente disfrutando de aquella sensación única.

Las rosas se balancearon tiernamente hacia ella, saludándola. Y un pequeño rayo de luz se filtro de entre las nubes hasta alcanzarla, y el poder del fuego la envolvió como una caricia de poder.

Tanto poder dentro de ella, cerró los ojos y se permitió disfrutar del momento.

Dum

La sensación de éxtasis desapareció ante aquel sonido.

Abrió los ojos y reparó en como más aves que quedaban volaron lejos de donde se encontraba, como si pudieran sentir que algo se aproximaba.

Pequeños relámpagos surcaron el cielo, iluminándolo.

Una tormenta se estaba formando.

 «¿A caso la tormenta era un aviso?», se preguntó mientras levantaba la vista al cielo. Tuvo la impresión que llovería en cualquier momento.  

El viento ceso su danza en torno a ella y todo quedo sumido en un completo silencio. El mundo pareció aguantar la respiración, mientras un rayo cruzaba el cielo y caía en tierra.

 El eco del estruendo pareció despertarla del estupor en cual se encontraba. Parpadeo varias veces.

?¿Qué sucede? ?pregunto en un susurro, pero no hubo respuesta, solo el crujir de los cielos y el silencio. Cerró los ojos resignada y un momento después los abrió de nuevo. Todo parecía en calma.

Dum

Retrocedió tres pasos ante aquel sonido mientras todo frente a ella pareció volverse inestable. Se dio vuelta y advirtió como, a lo lejos, la figura de una persona se hace visible poco a poco.

«¿Qué hacía aquí?», se preguntó mientras no podía evitar mirarlo fijamente.

Había algo en él que hacía que no pudiera apartar la mirada.

Se movió lentamente y con gracia a través de las rosas, justo hacia donde se encontraba ella. Algo dentro de ella se removió al observar a aquel hombre, como si dentro de su alma lo hubiera reconocido de pronto.

Después de unos pasos, el hombre se detuvo y fijo su mirada en la de ella y quedaron como cautivos, uno en los ojos del otro. Una pequeña ráfaga de viento se inicio de pronto y acabo tan rápido como vino.

Desvió su mirada hacia distintos sitios y vio como otras tres figuras aparecieron de pronto frente a sus ojos. Ahora ya había cuatro hombres en su visión, y fue extraño? porque creyó reconocerlos de algún modo.

Cada uno de ellos estaba como a 10 metros de ella.

Quiso dar un paso hacia ellos, pero su cuerpo no le obedeció, estaba como plantada en aquel sitio, incapaz de avanzar.

Ahora que quería hacerlo, sus piernas no lo permitieron. Cada uno de ellos  estaba rodeado por diferentes auras, pero tenían algo familiar para ella.

Una palabra le vino a la mente? «¡míos!» al tiempo que una voz demando dentro de ella.

Ellos la miraban y ella a ellos. Como si no pudieran evitarlo. Como si sus mundos estuvieran unidos y fueran uno solo.

Quiso moverse de nuevo. Pero en ese instante, un gran trueno se escucho de pronto y un gran relámpago que atravesó el cielo, llamo su atención.

Una pequeña gota de agua cayó en su mejilla.

Se llevo la mano a su rostro y lo toco medio, frotándose para sacárselo. Observo su mano y vio que estaba manchada de
sangre.

Eso la saco de su estupor y la asusto. Las rosas en torno a ella empezaron a arder, mientras llovía sangre del cielo.

 «No?», grito de pronto, angustiada.

Dum

Resonó otra vez la campana a lo lejos, el sonido pareció estremecer su cuerpo. Este pareció vibrar dentro de ella y por un instante se sintió débil, mareada.

Examino el cielo, había parado de llover y guio una mano para cubrir sus ojos; esto fue un movimiento reflejo de parte de ella, ya que no había luz de sol del cual protegerse.

Y en un instante la alejo de nuevo lejos de su rostro. Las observo y estas, estaban completamente rojas; la sangre de la
lluvia se había pegado a ella.

Estaba manchada; sus manos, su rostro, su cuerpo... sus ropas.

La desesperación se apodero de ella, mientras grandes lágrimas caían por sus mejillas. Y cuando la primera gota de sus tristes lagrimas toco la tierra bajo sus pies, el suelo desapareció.

No tuvo tiempo siquiera de moverse o percatarse de lo que sucedía y cayó dentro del abismo que se abrió bajo sus pies.

Fue completamente devorada por la oscuridad, en una caída libre mientras gritaba, sin poder aferrarse a algo. Se encontró desamparada y cayendo. Solo era consciente del aroma de las rosas, que colmo sus sentidos, justo antes de
escuchar una voz familiar...

La voz la obligo a volver de donde caía.

Una luz... la voz venia de la luz.

?¡¡Eva¡¡ ?Una tenue voz se escucho en medio de la oscuridad como si fueran ecos en la distancia.

Ya no caía, pero estaba como suspendida en medio de algún lugar, justo en medio de la penumbra.

«¿Quién es? ¿Por qué no me ayudas? ¡Estoy perdida...!»

?Eva, despierta...

«¿Quién? ¿Qué?»

?EVA.


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Jecrufe en Junio 27, 2011, 16:11:32
Voy al blog a leer  emo 102 emo 102 emo 102


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Junio 27, 2011, 16:16:39
 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Junio 27, 2011, 23:53:25
m encanto Nei!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Tenshi en Junio 28, 2011, 09:40:23
cuando llegue a málaga lo leoo!! emo 102 emo 102 emo 102 emo 102


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Julio 27, 2011, 18:10:05
(http://2.bp.blogspot.com/-kCSejUgiMTs/Tid5AxHATII/AAAAAAAABx4/aRsYkR2pkdw/s1600/lazos++iv.jpg)

LAZOS IV

Zacarias

No podía creer lo que sucedía cuando la vio caminando por el pasillo. Pero era Eva y estaba caminando dormida.

En un principio lo encontró divertido ya que podría burlarse de ella a la mañana siguiente, diciéndole que andaba como un zombi en las noches, solo que a medida que pasaron los minutos  y ella continuaba sin siquiera detenerse, solo lo encontró algo inquietante y hasta podría decir preocupante.  

Sobre todo por lo que paso en un determinado momento Observo como de un momento a otro pequeñas lagrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Como si sintiera un gran dolor. Y eso realmente le hizo sentirse incomodo, ya que odiaba ver a otros llorando a su alrededor.

Así que no importaba donde se dirigiera, la siguió, pero claro, sin despertarla.

Cuando Eva subió por las escaleras como si subiera solo una colina, quedo intrigado. Ni siquiera tropezaba con las cosas que estaban en los corredores.

Incluso llego a pensar que dormida era hasta menos torpe. «¿A dónde se dirige? Y ¿como hace para esquivar todas esas cosas?», se pregunto mientras aun andaba detrás de ella.

Después de todo era la primera vez que ambos estaban en la casa. Bueno, eso creía. Tal vez Eva ya había venido antes. Aunque no estaba muy seguro. Pero sonámbula y todo caminaba como si viera todo lo que estaba frente ella.
Cuando llego al piso superior, se fijo en que las puertas de la terraza estaban abiertas. Y Eva traspaso las puertas como si no fuera consciente de que estuviesen ahí. Aunque el borde de una de las cortinas rozo el camisón que llevaba.
Una vez le habían dicho que no era bueno que despertara a una persona en ese estado.

«Al demonio», se dijo antes de avanzar hacia Eva, ya que esta se dirigía justo hacia el borde de la terraza, las cuales no tenia rejas de piedra muy altas. En realidad eran casi inexistentes. Cuando se acercó al margen, se fijó en que ella ya no se movía.

Algo que le dio mala espina desde el comienzo, incluso antes desde que accedieran a este lado de la casa.
Observo como Eva permaneció quieta, se había detenido de pronto a medio metro de ella, para luego observar como Eva avanzo hacia el vacio.

?Eva... ?grito su nombre fuerte, antes de dar un salto acortando la distancia entre ellos. Y antes de que ella cayera del mismo, la tomo del brazo y de la cintura para atraerla hacia él.

Esta se sacudió un poco como si su voz al fin hubiese penetrado en su subconsciente. Y soltó un gran suspiro de alivio cuando la alejo de allí, pero aun sin entrar.
 Luego de saberla a salvo aflojo su agarre en su cintura, pero aun la tenia abrazada a él. Creo que hasta se sentía un poco conmocionado por lo que acababa de pasar.
Eva se encontró aturdida entre sus brazos y lo miraba confusa. Después de unos minutos le pregunto si estaba bien, pero todo lo que hacia ella era parpadear. Luego de que ella tomara unas respiraciones pareció despertarse algo y le pregunto:

? ¿Don... dónde estoy?
?Demonios, me diste un susto de muerte... ?comento exasperado.
?¿Qué?
?Que me diste en susto de muerte... ?le dijo alejándola de él solo un poco, para poner una de sus manos en su cabeza asegurándose de que estaba bien y para ver si estaba un poco mas concentraba en lo que estaba sucediendo. Y por su siguiente comentario, supuso que todavía no estaba fuera del país de los sueños.
?¿Cómo? Pero si... ¿porque estas en mi cuarto...? ?le pregunto en tono indignado y con una expresión que le pareció graciosa.
?Despierta, Sherlock, no estamos en tu cuarto, estamos en la terraza este ?le dijo cortante, quería dormir y esta pequeña caminata nocturna solo prolongaba que fuera a descansar.
?¿Eh? ?fue todo lo que pudo decir antes de darse cuenta de que era sostenida muy, pero que muy? demasiado de cerca por Zacarías, según su opinión. A lo que ella forcejeo un poco y se salió de su lado. Se desestabilizo un poco por el movimiento y luego Zac la sostuvo de nuevo, pero esta vez solo del brazo.
?Cuidado. Creo, que quiero que mi cuota de héroe se termine ya.
?¿De qué hablas? Tú, un héroe... ?y cuando dijo eso ultimo lanzo un bufido
?Bueno, la verdad es que deberías besar el suelo que piso, te he salvado de quedar mas fea que del último accidente que tuviste.
?Yo no tuve ningún accidente. Deja de balbucear... ?le dijo temblando un poco por el repentino fresco de la noche.
?¿Ah, no? Ya estabas así desde que naciste. Pobre de ti... ?dijo para molestarla un poco, lo que hizo que recibiera un puñetazo en el hombro. Zacarías solo sonrió ante eso.

No le había ni hecho cosquilla, más bien parecía el golpe de un mosquito. Pero su sonrisa duro solo un poco antes de sugerirle que se metieran de nuevo a la casa.

Y la verdad era que quería regresar a su cuarto, luego de dejar a Eva en el suyo.
El incidente le quito años de vida y le afecto demasiado.

 «Dios, ¿que el fenómeno no podía evitar estar en problemas a cada rato? Si no fuera su amiga...», pensó antes de imaginarse medio ahorcándola por meterlo siempre en estos líos.


Evangeline

Después de que Zacarías la dejo en su cuarto, lo cual le pareció un poco extraño aunque no lo cuestiono, tenía una expresión preocupada, aunque se burló de ella todo el camino hasta la puerta de su habitación. Eva no pudo evitar un estremecimiento por lo que acababa de pasar y no pudo evitar hacerse preguntas sobre ello.

¿Qué hacia ella en un lugar así o más bien caminando dormida por todos lados? Ella no era sonámbula... no lo era, ¿verdad? Su madre nunca lo había mencionado... bueno, no es como si ella recordara tampoco todo lo que su madre le decía.

«¿No todo? Más bien, nada. Solo recuerdas lo que te conviene...».

¿Y qué? ?se defendió?. Para que recordar cosas que no quiero? ?luego sopeso que lo estaba haciendo otra vez.
Pelear consigo misma. Eso no era bueno... «Primero peleo conmigo misma. Luego camino sonámbula. Luego me gustara la espinaca y la acelga... dios, esto es el fin del mundo...».

«Sí que te gusta desvariar».

«Puedo desvariar si quiero, es mi cabeza. Hago lo que plazca. Y cállate de una vez, que quiero dormir... y pensar... y pensar no me ayuda...».

«La que está haciendo un divague total y mental eres tú. No yo», dijo su voz interior secamente, que pareció estabilizarse después de unos segundos.

Eva se impaciento luego de lo que le dijo, o mejor de lo que se dijo ya no estaba segura. Tenía sueño. Se lanzo en la cama rápidamente en un intento de... no sabía que, solo se lanzo a la cama y se tapo de la cabeza a los pies y respiro profundo cerrando los ojos.

Los abrió unos segundos después ya que recordó que olvido apagar la luz de la mesita de noche. Se destapo, alargo la mano y apago la luz, antes de meterse nuevamente debajo de las sabanas.

No quería pensar así que se dijo: «duérmete, duérmete» durante unos minutos antes de caer rendida en la inconsciencia.




Emma

Despertó de pronto sobresaltada. Sus ojos le picaban, por la angustiosa escena que había presenciado en el sueño. Ella estaba caminando con Eva, de la mano y en un gran campo. Este era tan verde y el paisaje tan hermoso, que se sentía cómoda a pesar de lo extraño del lugar. Ya que no lo reconocía.

Estaba con su mejor amiga. Charlaban aunque no recordaba las cosas que se decían mutuamente. Y realmente no importaba, era sin ninguna duda feliz, hasta que en un momento del sueño, Eva soltó su mano y observo cómo se apresaba a correr colina arriba por un sinuoso camino justo delante de ella. A medida que se alejaba de su lado, sintió una aprehensión en su pecho.

Una angustia que no sabía cómo describirla con palabras. Así que la llamo por su nombre, varias veces, para que dejara de alejarse y caminara de nuevo junto a ella. Pero todo fue en vano. Ella solo veía como su amiga se apartaba cada vez más y más.

Hasta que no pudo oírla o ver su rostro más. Solo veía la figura de su espalda y en ondear del borde del vestido que llevaba.

?Eva...?recordó que la llamo, y esta se detuvo y volteo hacia ella. Pero le fue imposible ver su rostro. Comenzó a acortar la distancia que las separaba más deprisa, pero no importaba cuanto se acercara, no parecía poder alcanzarla. Alrededor de Eva apareció un muro de rosas rojas y negras que la cubrieron de su visión. Y al alargar la mano para alcanzarla... se hizo un corte con las espinas... y el sueño termino de forma brusca. Sacudió su cabeza ligeramente para disminuir el recuerdo del sueño.

El día era muy brillante y la luz se desbordaba por las ventanas. Se toco la frente que tenía un poco de sudor y le escoció la mano al hacerlo.

?Auch... ?dijo antes de observar la herida que tenía la mano que aun sangraba un poco?. Que dem... ?comento aturdida?. ¿Cómo...?

Fue lo último que pronuncio antes de escuchar el sonido de alguien golpear su puerta. Lo cual le produjo algo parecido al pánico. Y cuando fijo su mirada a través del cuarto, se vio así misma rodeada.
Estaba en un cuarto lleno de espinas y estas se apretujaban hacia ella como si quisieran capturarla. E hizo lo único que se le ocurrió.

Grito.

?Señorita, despierte... ?dijo una voz firme con un tono de preocupación.
?¡¡No me toques¡¡ ?grito aun sin abrir los ojos. Y alejándose de aquella voz y sus manos, colocando sus manos sobre su rostro.
?Soy yo, señorita. Soy Liz. Estaba gritando en su sueño.
?¿Un sueño? ?pregunto. Luego abrió los ojos y observo a la mujer frente a ella, viéndose preocupada, le tomo un poco tranquilizarse antes de hablar de nuevo. Pero la chica llamada Liz la espero paciente?. Si un sueño... ?dijo medio vacilante, tal vez para asegurarse de que esa pesadilla solo fuera un sueño?. No te preocupes... ?dudo un poco y luego le dio una orden?. Prepárame mi baño. En un momento estaré lista para bajar.

La chica llamada Liz sonrió hacia ella:

?En seguida señorita, su baño estará listo, en segundos... ?antes de retirarse a hacer lo que le pidió.

En unos veinte minutos se dio una ducha y un pequeño baño para relajarse, el cual fue preparado por Liz. Luego se vistió para asistir al desayuno junto con Zac y Eva.

Cuando llego al comedor, los encontró sentados y en silencio. Una cosa extraña, realmente.

?Bien, pellízquenme, creo que estoy soñando... ?les dijo al  acercarse a la mesa todavía sin quitarle los ojos de encima. Zacarías solo  ignoro el comentario y Eva puso los ojos en blanco.

Cuando se sentó volvió a mirarlos, esta vez percibiendo algo...

?¿Paso algo entre ustedes? ?pregunto sospechosamente fijando su mirada en ellos.
Por supuesto Zacarías oculto bien cualquier indicio de que pudo haber ocurrido algo. Pero Eva no, ella no oculto nada. Ya que al pronunciar esas palabras se atraganto con la tostada que estaba ingiriendo y su cara se puso totalmente roja.
Era como un semáforo, diciéndole: «me pillaste, peligro, peligro». O tal vez solo era que paso algo vergonzoso.
Y así fue como dirigió su mirada hacia Zac, el principal sospechoso de lo que pudo haber ocurrido. Aun cuando su rostro representaba al de un inocente.

?¿Qué le hiciste? ?pregunto Emma haciendo tamborilear sus dedos en la mesa.
?¿Y por qué yo? ?pregunto con una media sonrisa. A lo que ella no pudo más que entrecerrar sus ojos hacia él.
Cosa que puso solo mas colorada a Eva.
?¿Qué me están escondiendo? ?siguió preguntando.
?El no tiene la culpa... ?lo defendió Eva rápidamente  mirando su tostada y su taza de café. Como si le fuera la vida en ello.
?¿Ah, no? ?pregunto ella sin creerle?. Un momento, ¿culpa de qué? ¿Qué paso? ?indago esta vez de forma un poco menos acusatoria, tratando que Eva se sintiera menos intimidada.
 Por lo cual empezó a servirse algo para desayunar también. Y su gesto lo consiguió por que Eva empezó a relajarse en su lugar. Zacarías solo actuó como el mismo. Indiferente a todo. Lo cual no era raro.

Lo que la había alertado era solo el silencio en que los encontró.

?Bueno, quien empieza a hablar... no es como si hubiesen cometido un crimen, ¿verdad?
?Bueno... ?empezó Eva algo incomoda? lo que pasa es que anoche...
?Se me metió en mi cuarto... ?dijo Zac.
?¡¡Mentira¡¡ ?grito Eva con su cara aun mas roja.
?¿Qué? ?exclamo Emma? No... ?dijo alargando la «o» más de lo necesario y su cara era ahora como la de Eva.
?No me metí en tu cuarto, baboso ?le recrimino Eva a Zac tirándole un pedazo del pan que estaba en un platillo a su derecha.
?Bien, no jueguen con la comida... ?les advirtió Emma, viendo que Zac casi sigue el ejemplo de Eva. A veces pensaba que estaba en medio de dos niños chiquitos.
«Pero ese ahora, no era el problema», se dijo Emma. «¿Qué es eso de Eva entrando en el cuarto de otros?». Los dos se fulminaron con la mirada pero hicieron lo que Emma les pidió. No se estaban tirando nada.
?Ahora, Zac, deja que Eva termine de explicarme y luego haces tus interesantes observaciones ?le indico Emma antes de volver su atención hacia Eva, quien estaba roja como un tomate pero esta vez de exasperación. Luego dio un suspiro  y le explico lo que paso.
Y luego fue el turno de Zac, quien le conto a Emma la  verdad sin alterarla ni un poco. Cosa que solo hizo a Eva mirarlo entrecerrando los ojos. Cuando termino lo único que Eva agrego fue:
?Lo ves, no me metí en su cuarto ?e hizo un amago de tirarle la servilleta.
?Ay, ni que fuera para tanto... ?dijo sonriendo.
?Zac, no avergüences a Eva... ?le dijo mirándolo ceñuda a lo que Zac tuvo la consideración de parecer avergonzado?. Eva, no te preocupes... seguro que no volverá a pasar, lo importante... es que no te paso nada... ?le aseguro acercándose a ella y tocándole el brazo.  
Cosa que la hizo sonreír a ambas.
?Bueno, basta de cursilerías... ?indico Zac a las dos?, y mejor pasemos a disfrutar de los planes que tengo para los tres el día hoy.

Eva y Emma asintieron hacia Zac, y cuando terminaron de desayunar siguieron al pie de la letra todas las cosas que tenían para divertirse juntos. Tenían dos días de pura, pura diversión...


Tharaa

Ya habían pasado dos días desde que dio el anuncio. Como también la orden de ir a buscar a Leiann. Pero aun, cuando ya todos los preparativos estaban listos, algo desconocido dentro de ella le advertía que las cosas podrían salir mal. Por eso se había levantado muy temprano esa mañana.

Necesitaba buscar guía de la diosa. Y sabía que le respondería si pedía su ayuda. La madre le brindaría la calma y sabiduría que necesitaba.

Atravesó las puertas de la habitación de meditación y enseguida el lugar le transmitió una bienvenida cálida.  

El lugar no tenía mobiliarios con excepción del pequeño altar en donde estaba el símbolo de la cultura de su mundo. Ella estaba parada en medio de la misma. Cerró los ojos y respiro profundo varias veces, antes de colocarse en un trance espiritual.

Cuando los volvió a abrir les fueron puestos delante de ella los designios de futuro.
En el plano en el que se encontraban no existían paredes o edificios o paisajes. Era un gran vacío. Aunque existía para ella la ilusión de estar parada sobre una superficie.

Elegantes y delgadas betas de energía color plata la rodearon. Cada una de ellas pertenecía a una vida. Cada vida a un ser sea este del futuro o del pasado.

Todos los caminos por llamarlos de alguna manera se entremezclaban en una perfecta armonía. Solo algunos podían visitar este lugar y conocer sus secretos, si estos deseaban ser conocidos por sus visitantes. Y en ese estado todas las almas se mostraron ante ella.
Solo una sacerdotisa experta y poderosa podía distinguir el pasado del futuro o la diferencia entre un alma que habitaba este mundo o que estaba en espera de regresar algún día, en algún punto de la historia y el lugar.

Fijo su mirada en todo lo que se extendía ante ella. Tranquilamente y con paciencia, recorrió cada uno de los pasillos ?por llamarlo de alguna forma? donde habitaban los Mit (lugar donde se asientan las almas) hasta que al fin encontró lo que buscaba.
?Muéstrenme... ?pronuncio en un susurro dentro del Mit. Su petición pareció viajar y extenderse en aquella dimensión, su voz acarició cada uno de los filamentos que parecían brillando tenuemente.
Todo permaneció imperturbable por unos instantes, antes de que todo empezara a cambiar. Los hilos de energía fueron desvaneciéndose uno a uno frente a sus ojos.

Y solo quedaron unos cuantos ante ella, que fueron adquiriendo un color más oscuro que el de los que se desvanecieron. Estos, a diferencia de cómo eran los demás, parecieron inestables mientras se formaban hasta que adquirieron un tono completamente negro y otros unos tonos de plata.
Se acerco a los más negros y los observo atentamente.

 «El futuro de Ceilenn», pensó antes de alargar el brazo y posar su manos en el.
Una fuerte corriente la golpeo y quedo atrapada en la visión de un futuro que se aproximaba. No fue una visión completa.

Solo retazos de lo que podría llegar a ser.

Todo fue tan rápido que se vio en envuelta en un remolino de sensaciones hasta que finalmente se desvaneció en la inconsciencia, despegándose de aquel lugar.

?Tharaa... ?escucho que pronunciaban su nombre?. Tharaa, ¿te encuentras bien? ?pregunto la voz más preocupada esta vez.

Cuando abrió los ojos se percato de quien era la que le hablaba. Era su nueva aprendiz que tenía una expresión preocupada en el rostro. Elain observo como Tharaa tenía la cara pálida y su cuerpo mostraba claros signos de cansancio.
?No pasa nada... Elain, solo pregunte a los Mit por el futuro de Ceilenn y me dieron una respuesta... ?le informo para tranquilizarla
?¿Por qué no pediste mi ayuda? ?le pregunto Elain en un tono herido y algo decepcionado.
?Elain... ?comenzó a decirle en un tono de aviso, luego lanzo un suspiro de cansancio y decidió explicarle, después de todo, era parte de su entrenamiento también?. Aun eres muy joven. No puedes hacer el cruce o servir de enlace para el pasillo de los Mit. No creo que nadie además de mi pueda hacer eso... No sin al menos 15 personas, además de la que lo intentase. Ten paciencia y aprenderás. Debes depender de las demás, recuerda que no eres solo tú...
Elain se lo tomo como un llamado de atención y giro su rostro de manera infantil y realizo un puchero. Luego giro de nuevo su rostro hacia ella y la ayudo a levantarse.

?De acuerdo. La llevare a su cuarto ahora y ¿me puede contar lo que vio al menos? ?Tharaa se puso a mirarla fijamente?. Está bien, está bien. No me cuente si no quiere... ?le dijo y se perdieron por los pasillos del kolter.



ARTHRAM

?Me amaste ?le dijo Iole a él?, aun me amas...

«Amor», pensó Arthran, esas palabras sonaban tan vacías entre ellos.
Pero ella lo dijo con un tono de anhelo y nostalgia que se obligó a mirarla desde donde se encontraba. Para él no cabía duda de que era una gran actriz. La miro fríamente sin contemplaciones ante esa declaración o ¿fue acaso una pregunta?

?Ya no lo se... ?fue todo lo que pudo contestar. Ella reacciono de la manera en que el sabia que lo haría por su respuesta.

Violencia, pura y simple. Como a alguien a quien le han negado su juguete favorito. Su poder creció en el salón de palacio y le hizo un corte en la mejilla izquierda en su rostro.
Ya habían pasado algunos ciclos desde que él había hecho. Le había entregado todo a ella. Todo. Traiciono a los suyos... y la traiciono a... bueno, ahora ya solo era un recuerdo distante y agobiante que perduraba dentro de sí. Pero solo unos cuantos, desde que ella lo había dejado como si no fuera nada.
Se limpio la herida de su mejilla. El no era alguien a quien se pudiera tentar de esta forma y su paciencia estaba llegando al límite. Era momento de que ella recordara quien era él. Un ruido parecido a un rugido resonó en un pecho antes de que sus ojos se volvieran del color de una esmeralda.

?Déjate de juegos y dime lo que quieres. No estás aquí para recordar el pasado... ?le dijo para retomar la conversación que tuvieron solo hacía unos segundos?. No pienses que soy estúpido PRIMERA... ?y al terminar de decir aquellas palabras sabia que ya no la amaba.

El fuego que había estado dentro de sí, aquel sentimiento tan profundo que había sentido por ella, ya no estaba, se había ido. Y cuando una pasión así acaba, ya nunca volvía. Incluso se preguntaba que había visto en ella. Pero el amor acabo. Esa era una absoluta verdad para él. Pero no se lo dijo y tampoco sintió la necesidad de hacerlo.

«¿Para qué?», se oyó diciéndose dentro de su mente y se limito a ver lo que hacía.
Iole se acerco a él provocativamente. Ella se movía de forma fluida y natural. Cuando lo hacía, te hacia fijarte en cada detalle de ella, de su cuerpo, de cada pequeño movimiento que realizaba.
Y al verla, algo dentro de él comenzó a surgir. Pero no era romántico o alguna respuesta de su cuerpo por su belleza. Todo en la forma en que se movía hacia él, resonaba a peligro.

?PRIMERA.... ?pronuncio provocativamente ella? nunca me habías llamado así antes... ?prosiguió diciéndole antes de pararse cerca suyo.

Luego pareció pensar en algo y su cuerpo fluyo ligero nuevamente. Tal y como estaba cuando había entrado por las puertas del Hardan (la oscuridad del cielo).

?¿Sí?... parece como que has cambiado, es decir; lo que me estabas a punto de decir y ahora que sí has ordenado tus prioridades... Dime que es lo que te trajo aquí. Primera... ?le señalo. Cosa que sabía que podría  molestarla y así lo hizo, pero esta vez, no perdió la compostura...

«Lástima», pensó, la primera diversión en unos cuantos ciclos y acaba tan pronto.

?Tengo un tarea para ti... ?dijo de manera condescendiente, como si le ofreciera un regalo y realmente no fuera una petición.
?¿Una tarea? ?pregunto, levantando las cejas hacia ella?. ¿Y desde cuando el Hardan acepta tareas de la primera? ?prosiguió con la interrogación soltando una sonrisa siniestra y perturbadora hacia Iole.
?Y desde cuando no... ?le devolvió ella con una sonrisa dulce.
?¿Desde que ya no me interesas, tal vez? ?le contesto fríamente, mientras la sala se volvió mucho más oscura, reaccionando a la animosidad de su señor. Iole pareció no percatarse de los cambios o al menos parecía ignorarlos absolutamente.
?Oh, vamos, Arthram... ?señalo con voz melodiosa que disipaba la oscuridad de la sala poco a poco. Estaba usando su poder sutilmente, percibió después de unos instantes?. Los conocidos, ¿no se hacen favores acaso? Por los viejos tiempos... ?le dijo cuando llego junto a él, con sus labios a centímetros del suyo?. Solo uno, que puedes perder ya ?le señalo tranquilamente con burla en los ojos.

Ella era fría y con un alma tan negra como la suya. Entre ellos nunca había mentiras después de todo, con respecto a esto. Eran ambiciosos y sabían que dentro de ellos la crueldad era lo único que tenían en común.

?De acuerdo ?le indicó alejándola de él y vio la irritación por aquella acción en los ojos de Iole. Cosa que le divirtió en alguna medida, aunque no lo dejo ver a través de su rostro. Ambos eran poderosos. Una lucha entre ellos duraría demasiado para provocarla hasta ese punto. Llamar la atención sobre su pueblo no sería bueno para nada?. Puedes tomar a quien quieras, pero solo será para este encargo. No usaras a los míos para tus caprichos. Sea cuales sean estos.
?Oh, pero que sentimental te muestras  hacia los tuyos ?le comento Iole a manera de burla.
?Los tiempos cambian, Io, ¿no crees que la forma de ser también??pregunto.
?No...
?Otra cosa en la que estamos de acuerdo. Yo tampoco. Este es el último favor, recuérdalo. ?Fue todo lo que le dijo antes de desaparecer tras las puertas a los corredores centrales.



Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Valnelia en Julio 27, 2011, 19:05:05
Genial los capis, wapa.    emo95


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Julio 28, 2011, 01:36:16
gracias val... emo 62 emo 62 emo 62 emo 62 emo 62


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Julio 28, 2011, 01:40:23
me encanta Neiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Julio 28, 2011, 01:43:13
GRacias kariiiiiiiii emo 62 emo 62
 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Jecrufe en Julio 28, 2011, 07:16:21
Genial Nei  emo95 emo95 emo95

Y el wall espectacular  emo95 emo95


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Julio 28, 2011, 14:57:22
GRacias¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103
 emo95 emo95


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Julio 29, 2011, 14:14:52
Mi nei ahora sera conocidda como Neiglo Tolkien!!! me encanta tu mundo!!!!!!!!


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Jecrufe en Julio 29, 2011, 14:31:57
 emo 034 emo 034 emo 034 emo 034


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Agosto 22, 2011, 16:01:56
(http://2.bp.blogspot.com/-1UnIskuYcR0/Tjw1IIiCDKI/AAAAAAAABzY/F6iSD7RqgMk/s1600/objetivo+V.jpg)

Arthram

?Mi señor, ¿qué hago...? ¿La sigo acaso??pregunto la criatura a su creador luego de que la PRIMERA, saliera del Hardan (oscuridad del cielo). El pareció sopesar su pregunta antes de responder.
?No. No la sigas a ella... ¿para qué? ?le respondió mirándola atentamente?, sigue a quien ella elija para la tarea e informame todos sus movimientos y que no se entere de que lo haces.
?Así lo hare, señor... ?dijo antes de hacer una media inclinación y desaparecer como si nunca hubiese estado ahí.

No pasaron ni quince minutos, para su sorpresa, antes de que el elegido de la PRIMERA se presentara ante él, tocando su puerta.

?Entre... ?fue lo que respondió al guerrero tras la puerta. Observo cómo se introdujo en la habitación donde estaba. Su caminar fue seguro y firme.

No había miedo en su postura aunque estaba algo tenso. Cuando llego casi a un metro de él, se detuvo e inclino una rodilla en el suelo y con la mirada en el piso, hablo:

?Mi señor... ?ofreció en forma de saludo?. Una mujer se acercó a mí y me informo que estaré a sus servicios a petición suya. Dijo que su palabra debería bastar para que la creyera. Pero decidí preguntarle a usted antes de hacer algo... ?pareció reflexionar unos instantes y luego agrego?: Después de todo, no llevaba la joya de su símbolo.

Arthram no exteriorizo nada en su expresión o postura. Pero le complació que su guerrero desconfiase de PRIMERA. Eso demostraba que el guerrero no era estúpido. Interesante.

?Muy bien, entonces te lo reafirmare. Debes hacer lo que esa mujer te dijo, pero... cuidado. No confíes en ella. Lamentaría tener que perder a uno de mis soldados...

El guerrero asintió en reconocimiento a la orden, luego se levanto y salió por la puerta.

?¿Lo tienes...? ?pregunto a la habitación aparentemente vacía.
?Si... ?dijo una voz que parecía venir de ningún lado.
Ahora sabría qué era lo que Iole tramaba. No debía ser nada bueno. Pero Seora le era completamente leal y era la tercera cosa más mortífera que había visto en su larga vida. Después de todo, los Mizher?s de sangre eran criaturas de cuidado.
?Bien... ?dijo satisfecho? síguelo.
?Como ordene... ?y el silencio se hizo en la cámara.

Ceilenn

Rinne extremo Este

Un grupo de cinco Cely se aglomeraron al pie de un gran barranco. Observaron el lugar con expresiones preocupadas de distintos grados, uno de ellos incluso reflejaba el miedo de lo que estaba frente a sus ojos.
Destrucción.
Desolación.
Muerte.
...

Nada en un radio de 200 km estaba vivo. Una niebla negra cubría toda la región. Cuidaron de no acercarse ya que miles de Goilam estaban rezagados por todo el lugar.

La pequeña ciudad yacía en ruinas ante ellos. Podían observar las casas deshechas desde donde estaban. Un grito de angustia surgió de uno de los Cely presentes. Cientos de vidas jóvenes y adultas habían perecido en cuestión de una semana. Al menos eso fue lo que dedujo el líder de reconocimiento.

Algunos de los Goilam empezaban a madurar en Homar´s. Y comenzaron a emitir un ruido ensordecedor y agudo parecido a un chillido que poco a poco iba en aumento.

?Debemos retirarnos... ?susurro uno de ellos a su líder?, Adren se pondrá triste por esta noticia. Muchas vidas fueron perdidas...

El líder de los vigías asintió y en su corazón pidió a su diosa que llegara la ayuda.
La situación en Ceilenn era cada vez más aterradora. No querían ni imaginar que sucedería de aquí a un año.

?Vamos... ?fue todo lo que dijo antes de que cada uno invocara a sus Omish para partir a toda velocidad. Esto podía extenderse si no se detenía a tiempo por mas regiones.
Mientras se alejaban el sonido de las criaturas que quedaron para devorar lo que quedaba en pie se quedo a lo lejos.

Iommi

Un día. Le había tomado todo un día atravesar las puertas del Shalm. Pero ya estaba aquí, se dijo después de instalarse en una de las casas que había alquilado apenas ingreso en este extraño mundo.

?Oye, para que necesitan estos seres esas... esas... ?dijo Nara al atravesar la puerta de su recamara no sabiendo que palabra utilizar para llamar lo que sea que le había llamado la atención.
?¿Maquinas...? ?aporto para su compañero.
?Maquinas... ?dijo como probando la palabra?sí, las maquinas... claro.
?¿Cuáles?
?Ya sabes, esas que tienen? las cosas... ruedas. No sentí ningún Omish dentro de esa... maquina.
?Bueno, mi amigo, eso es porque no lo necesitan
?No lo necesitan, ¿eh? ?dijo medio preguntándose y analizando lo que le había dicho.
?No. No lo hacen.
?Ya veo. Sus maquinas son interesantes... pero inútiles.

Iommi solo se encogió de hombros ante el comentario. A él también le parecían inútiles. Pero bueno, los humanos no utilizaban a los Omish. Así que era lógico que inventaran algo que les sirviera.

?¿Y bien? ?le pregunto Nara, después de una pausa.
?¿Y bien qué? ?le inquirió de nuevo él.
?¿No es obvio? Como la encontraremos, hermano. No es como si pudiéramos preguntar a estas... estos humanos. ¿Han visto a Leiann, un Cely, nuestra reina perdida? Y de pronto nos indicaran el camino.
?Oh. Eso...
?Sí, eso...
?Aun no estoy seguro... ?contesto Iommi sopesando las posibilidades de encontrar a Leiann. Nara lo miro de reojo para después salir de la habitación murmurando.
?Pues si tú no sabes, que la Diosa nos ayude. Nunca fui bueno rastreando...


Nara

Semanas de infructuosas búsquedas siguieron luego de su llegada. No podían sentir nada que les indicara que el alma de Leiann estuviera en este mundo.
Pero debía estar.

Tharaa les había señalado este mundo de todos. Y aun así, ningún rastro del poder de Leiann. Al menos, no uno que ellos pudieran detectar. Había observado a los humanos mientras realizaba la búsqueda de la Reina.

Les aburrieron después de dos o tres días. No tenían nada que le llamara la atención. Los veían encerrados en sus propios problemas y ajenos a cualquier cosa que pasara a su alrededor. Parecían completamente ciegos al mundo.

Siempre viviendo al borde del abismo, empeñados solo en sus propios deseos inconscientes de las cosas que existían y se movían en sus narices?

Aunque debía admitir que?

?¿En qué piensas, Belhor? ?le pregunto una voz oscura desde las sombras.

Un leve aleteo de conciencia dentro de su mente lo hizo darse cuenta de que estuvo siendo vigilado todo ese tiempo y no había sido consciente de ello, hasta ahora que se había mostrado.

Se guardo un suspiro y volteo, para mirar fijamente, a lo que se ocultaba entre sombras de él.
?¿A qué se debe tu visita Kairos? ?pregunto con voz neutra, sin que ninguna expresión se mostrara en su rostro, su cuerpo en una postura de ataque, no importaba que fuera un guardián y no interfirieran en los asuntos de los mortales, eran peligrosos.

Y aun podría atacarlo. Los Kairos (guardianes) eran muy volátiles en su temperamento. Además, podían leer la mente de cualquiera que quisieran, incluyendo a los Belhor, aunque solo parcialmente.

Una risa se dejó escuchar en la noche. Todo ser con un poco de conciencia de la energía primaria se estremecía al escuchar ese sonido. Durante milenios presagiaba la muerte de quien la escuchaba. Ahora, sin embargo, aunque también le causo un conocimiento de peligro, no lo dejo notar.

?Vengo para hablar con ustedes, Belhor, ¿acaso no apreciaran una ayuda? ?dijo en tono divertido? ¿Mi ayuda...? ?agrego alargando la «a» y la «u» como si jugara con la palabra.
?¿En serio? Y que es eso tan importante que debes decirnos... ?contrarresto él, no queriendo responder a su pregunta.

El Kairos lo miro atentamente antes de contestar. Saliendo de entre las sombras, se dejo ver ante el Cely, mientras su rostro era neutral. Como esperando para ver como reaccionaria ante lo que diría. Nara lo miro con aprehensión en la mirada.

Cuando el Kairos le hablo, dijo una sola palabra. Una que cambiaria lo que pensaba contestarle si eso fuera una broma.

?Leiann. Sé donde se encuentra ella...


Evangeline

Un hermoso campo de rosas.
Leiann...
Un camino que seguir.
Leiann...
La suave voz de una sirena.
Leiann...
El fuego.
¡Corre...¡

Grandes enredaderas terminaron apresándola dentro de un feroz abrazo. La oscuridad la golpeo de pronto como el aleteo de una mariposa, mientras el familiar aroma se apodera de sus sentidos... rosas, rosas.
¿Huele a rosas?, se oyó preguntarse antes de perderse a sí misma dentro de ese mar de sensaciones. Olvidándolo todo.

***********************

?Eva... ?le dijo alguien a su izquierda.
Ella parpadeo luchando contra sus pesados parpados.
?¿Qué? ?pregunto sentándose en la hamaca de hierro en donde se había quedado dormida, mientras se restregaba los ojos.
?¿A caso no dormiste lo suficiente, Eva? ?le inquirió en tono preocupado.
?Ah, no es eso ?le respondió rápidamente?. Es solo que... no sé porque acabo teniendo tanto sueño. No importa cuánto duerma. Y este maldito dolor de cabeza ?señalo colocando ambas manos en los costados de su cabeza aliviando el dolor.
?Pues a mí tampoco se me ocurre nada, tal vez debas decirle a tu madre de esto... ?le aconsejo Emma.
?Creo que no me gusta la idea ?le expreso Eva desviando la mirada.
?De acuerdo... ?la consoló Emma tocándole el brazo?. Pero bueno, no era para hablar de esto a lo que venía a tu casa. ?Eva la miro por unos segundos?. De acuerdo, de acuerdo. No mi tema principal al menos.
?En serio, ¿entonces qué? ?le inquirió levantando una ceja mientras se acomodaba mejor en la hamaca para mirar a su amiga. Su dolor de cabeza se había ido tan rápido como había aparecido. Ya medio se estaba acostumbrando a eso.
?Pues bueno, vengo a invitarte a una ¡fiesta!
?Ok. Eso suena interesante... ¿Quién dará la fiesta? No, espera... no me digas. Ya sé quién, es Zac, ¿verdad? ?dijo mientras Emma asentía ante sus palabras?. De acuerdo ¿cuándo será?
?Hoy. Más exactamente, dentro de unas ?le explico Emma mirando su reloj?, cuatro horas. Por lo cual no tienes tiempo realmente. Empieza a las nueve. Apresúrate a cambiarte ?le ordeno.
?Dios, está bien... ?le dijo mientras se ponía de pie y le daba un abrazo a su amiga.

Nara

? ¡Iommi! ?comenzó a llamarlo otra vez al ver que no acudía rápidamente?. ¡Ven aquí ahora!
Y ahí fue cuando escucho los pasos apresurados de su compañero subiendo por las escaleras. Al salir a la terraza de la casa en donde se encontraba paró en seco al ver a la criatura a sus espaldas.
?¿Pasa algo malo... acaso? ?cuestiono con un tono de voz desconfiado mirando del Cely al Kairos con quien se habían encontrado al traspasar las barreras hacia el Shalm.
?Hola, guerrero... ha pasado tiempo... ?le dijo el Kairos con un tono divertido.

Iommi inclino la cabeza en señal de reconocimiento y luego levanto una ceja hacia Nara, quien le daba la espalda al Kairos con una despreocupación que le extraño. Cualquier cosa que le dijera seguro había impactado a su amigo.

?La encontramos hermano, la encontramos... ?le comento con una expresión en el rostro...?. ¡Nuestra Leiann está cerca!
?¿Cómo lo sabes? ?pregunto
?El guardián? ?contesto como si eso respondiera todo
?¿El Kairos nos guiara hasta ella? ?pregunto dudoso.

El Kairos sonrió ante el tono que había empleado. La forma que poseía era la misma que adopto cuando se habían conocido. La de un hombre negro, con cabello algo blanco y ya entrado en años. Pero los Belhor jamás creerían que este ser era un ser débil debido a su apariencia. Si lo hicieran seria su fin.

?Ah, esa desconfianza, guerrero. Me agradas... ?le dijo y comenzó a reír otra vez más fuerte.

Ya habían pasado unos siglos desde que se había divertido tanto. Ese era un bono extra para él. No quería a seres de otros mundos dentro de sus dominios, aunque le distrajeran de su eterno aburrimiento. Los de su clase tenían una misión, preservar el orden y si localizar a esa alma hacia que ellos se marcharan... mejor para él.


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Valnelia en Agosto 23, 2011, 11:49:46
Este capi está genial.     emo95


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Agosto 23, 2011, 13:55:46
Gracias val... emo 102
 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103
 emo95 emo95 emo95 emo95
 emo 62 emo 62


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Agosto 30, 2011, 14:03:53
excelente Neiiiiii!!!!!!!!!!!!!! pero me quedo con gusto a pocoooooooooooooooooooo... me encantaaaaaaaaaaaaa


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Agosto 30, 2011, 14:11:10
A mi me parecio muchooo emo 108
que genial que te gustoooooooo¡¡¡¡¡¡¡ emo 103 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Septiembre 15, 2011, 15:24:15
(https://lh4.googleusercontent.com/-psz75YUjXK8/TmQ1EzeEdeI/AAAAAAAAB6Q/52_0L0mQ-Sk/s720/encuentro%252520vi.jpg)

Iole

La lluvia caía mansamente en la superficie del jardín. Los truenos y relámpagos eran las únicas luces en la oscuridad que reinaba esa noche. El viento era tempestuoso e implacable como si estuviera alertando de un mal presagio. El cálido fuego de la chimenea central, que resguardaba a los que permanecían dentro de las murallas, estaba encendido.
Pero dentro del kolter solo una habitación estaba aun iluminada.
La primera sacerdotisa paseaba de un lado a otro ociosamente sopesando lo que estaba a punto de hacer, su plan podía fallar pero aun le quedaba otra opción, reflexiono antes de  escuchar que tocaban a la puerta.

?Adelante... ?contesto al llamado sin dudar de quien podría estar del otro lado.
?Mi señora... ?dijo el guerrero al entrar e inclino medio cuerpo hacia ella antes de voltearse a cerrar de nuevo la puerta por la cual había entrado.

Iole lo miro unos instantes apreciando lo que tenía delante de ella. Era uno de sus más fieles guardias. Y uno de los más poderosos y aun así lo sintió llegar, entrar en los dominios del kolter e incluso lo percibió antes que ingresara completamente dentro de las paredes del mismo.

?Acércate... Nhyx ?le ordeno llamándole por su nombre y él lo hizo sin vacilaciones. Porque se lo había ordenado. Punto. Se sintió complacida con ese hecho.

Cuando estuvieron frente a frente lo envolvió en un abrazo que rodeo su cuello y lo atrajo hacia ella para un beso poderoso y apasionado otorgándole en el proceso un poco de su poder. Luego se distancio un poco de él y mirando directamente a los ojos del guerrero aun nublados por el poder, índico:
?Cuida mi cuerpo, que nadie perturbe esta habitación o a mí, hasta que vuelva...
?Como ordene, mi señora... ?aseguro sacudiéndose un poco y con voz ronca.

Iole sonrió al guerrero y le señalo que se apartara un poco, pero no demasiado. Le dio la espalda y giro directo a una pequeña chimenea dentro del cuarto en donde el  fuego brillaba feroz e invitador.
Y observándolo se coloco a sí misma en una meditación profunda, empezó a susurrar sonidos que no podían ser considerados como palabras ?ya que era un lenguaje antiguo de la era en que el tiempo aun no existía; Nada existía? y que hacían eco dentro de la habitación.
Nhyx se quedó mirándola con aprehensión y adoración en la mirada. Iole no tenía por qué desconfiar de él. Y nunca tendría que hacerlo, ya que le era fiel hasta la última gota de su alma inmortal.
Instantes después del cuerpo de la primera sacerdotisa empezaron a salir pequeñas llamas azules que se desprendían y caían al suelo dispersándose rápidamente instantes después ante los ojos de ella y el guerrero que aun permanecía inmóvil y expectante, para lo que pudiera presentarse.
Iole, respiró profundamente y concentro su poder aun más ocasionando que una gran llama de color azul se extendiera del interior al exterior de su cuerpo, adoptando su forma aun en ese estado.
Con su forma espiritual observo como el guerrero sostuvo su cuerpo delicadamente y lo coloco en la cama que había en la habitación. Se acerco al guerrero y este la miro luego de dejar su cuerpo cómodo entre las sabanas.
Pasó sus manos, que ahora eran llamas al igual que todo en ella, por encima del rostro del guerrero como si estuviera acariciando el lado derecho de su cara, pero sin tocar la piel de él y desapareció.
Ya había dado su orden al guerrero y ella tenía algo que hacer.


Evangeline

Cuando llegaron a la fiesta algunos de los  demás invitados ?todos los chicos/as del instituto? ya comenzaban a llenar el salón de la casa de Zac. Todo se veía muy animado y con vida. Conversaciones, charlas ociosas y unas pequeñas sonrisas aquí y allá entre los grupos.
Eva se sintió un poco nerviosa entre la multitud. Había escogido un conjunto simple para ir. Un vestido color negro con una cinta roja por debajo del pecho. No era mucho de fiestas, pero debía hacer algo para que sus amigos dejaran de preocuparse tanto por ella.
Unos minutos después de llegar dejo a Emma a un lado de la habitación y se paseo por la casa. Todo el mobiliario había sido cambiado y reacomodado para la fiesta.
En la modesta ciudad de Ashford, nadie ?después de la llegada de Zac? hacía una fiesta más espectacular que los Drent ?más específicamente ZAC?,  la mirada de Eva iba y venía de una esquina a otra viendo y reconociendo a algunos invitados.
«Dios, las Thompson llegaron», se dio cuenta un minuto después de escuchar un murmullo viniendo de la recepción y fue a ver la gran entrada que harían.
Apenas llego y tuvo que suprimir una carcajada ante la expresión de Zac al ver a las hermanas que ?a muerte? querían que fuera el novio de una de ellas y estaban impacientes por la decisión de él.
Zac no estaba interesada en ninguna. Pero la rivalidad de las hermanas ya se había convertido en una leyenda en los años que llevaban viviendo y asistiendo al instituto Haven. De pronto, Zacarías giro su rostro hacia ella y la miró perdido pidiendo ayuda. Ella levanto una ceja hacia él, como diciéndole que no se movería de donde estaba.
«Deberías dejarlo sufrir un poco más... y alejarte de aquí...», le susurro su voz interior, llena de intención de venganza. «No puedo dejarlo ?le contesto a su voz interior o más bien ¿se contestó a si misma?, pensó?. Hm...»
 Las hermanas realmente eran un caso y no iba a dejarlo solo, decidió. Así que haciendo caso omiso de la protesta interna acerca de lo debilucha y sensible que era de corazón, fue a ayudarlo, con pasos firmes y decididos.
Cuando llego a él, las hermanas lo tenían atrapado, acorralado, enjaulado? cualquiera de esos sinónimos le iba, según su punto de vista, sobre la escena ante sus ojos, sentencio.
Si estuviera viendo planeta animal esa escena seria como... «No importa», se dijo, y toco el hombro de las hermanas llamando la atención de ambas.
Ellas voltearon a verla. No sé lo que vieron al escanearla, porque eso era lo que hacían esos ojos al repasarla de pies a cabeza, pero luego descartarla al segundo siguiente. 
Y por alguna extraña razón que no comprendió, eso indigno algo profundo dentro de ella, como si en realidad ellas deberían estar temblando de miedo o... o... no sabía muy bien qué. Pero no ignorarla, no era una de esas cosas, finalizo el pensamiento mientras entrecerraba los ojos
«Ok. Tranquila, Xena», se dijo de pronto ante el absurdo pensamiento, atribuyendo la reacción a los efectos secundarios de la televisión y los libros de fantasía que pasaba leyendo todos los días.
«Los estragos que dentro de tu mente se hacen, cada vez son más evidentes», reflexiono resignada antes de llamar la atención de las hermanas, que volvieron a Zac, mientras ella se debatía acerca del funcionamiento de su «no-tan-cuerda-mente».
?Disculpen... pero Zac viene conmigo... ?les dijo bruscamente traspasando la barrera que creaban con sus cuerpos tomando la mano de Zacarías y alejándolo de ambas chicas para distanciarlo y llevarlo hacia Emma, sin ninguna otra explicación.

Hubo algunos murmullos a su alrededor, pero Eva no les hizo caso. Ya pensaban que era una rara, solo crearía un pequeño cuchicheo y luego lo atribuirían a su normalmente extraña conducta.
Pero todavía estaba preocupada por otra cosa, podría parecer calmada exteriormente pero por dentro su mente bullía en una fría furia irracional hacia las hermanas por como la habían mirado.
Esto era un comportamiento insólito en ella y fue uno que la sorprendió.
Volteo la cabeza para despejarse de la poca habitual emoción que la embargaba y se fijo en su mano, que aun estaba entrelazada con la de Zacarías, quien a su lado, parecía aliviado al extremo por su rescate. Y quien por lo visto, parecía ajeno a su dilema interno, se sintió avergonzada y un poco mejor por ese hecho. Cuando llegaron a Emma, esta los miraba con una sonrisa extraña en los labios. En el momento en que Zac y Eva miraron donde estaba puesta la mirada  de su amiga la comprensión les llego, se soltaron tan rápidamente que pareció que de pronto alguien les había prendido fuego ahí.

?Ni una palabra Emma... ?dijo Zac de pronto.
¬?Yo no iba decir nada... ?le contesto con una sonrisa de ángel que convencería hasta el mismísimo diablo de su inocencia.
?Em... ?empezó a decir Eva cuando su vista se nublo por un segundo. Lo cual la llevo a parpadear varias veces para aclararla.

El dolor de cabeza que tuvo hacía unas horas volvió de pronto y miro a sus amigos para ver si se habían percatado de su malestar. Ellos estaban discutiendo del porqué estaban tomados de la mano y Emma le lanzaba bromas a Zac. 
Ella solo los miró fijamente durante mucho tiempo aliviada de que no se percataran de su condición. Así que solo se disculpo con una fingida sonrisa y salió de allí con un pequeño «vuelvo enseguida» para dirigirse a toda prisa al jardín.
Necesitaba aire. Se sintió sofocada mientras el dolor de cabeza se hacía más y más fuerte y le palpitaban los oídos como si los sonidos empezaran a desvanecerse.
Nadie le prestó atención mientras pasaba por entre los demás invitados. Cuando atravesó la puerta la primera brisa que golpeo su rostro no le concedió ningún tipo de alivio pero su visión empezaba a despejarse un poco.
A lo lejos observo una banca de color blanco, con diseños de flores y se encamino a la misma. Cuando llego a unos dos pasos de la banca cayó de rodillas en el suelo.

?Dios... ?susurro mientras miraba hacia atrás, sosteniéndose el pecho y la cabeza con cada mano para ver si Emma o Zac la habían seguido y si alguien la habían visto caer.

No lo hicieron,  solo ella estaba afuera y...
Otro espasmo le recorrió el cuerpo y coloco sus manos sobre la tierra, no pudiendo sostener las vibraciones que la recorrían. Pero cuando sus manos entraron en contacto con el frio material, los espasmos cesaron de pronto y se sintió mareada y aliviada todo al mismo tiempo.
«Dios, alguien ayúdenme...» pidió mientras respiraba entrecortadamente.

?¡Eva¡ ¿Qué te pasa Eva? ?preguntó alguien a quien reconoció al instante.

«Emma», pronuncio mentalmente ya que no podía responder por temor a que el dolor volviera si se movía un centímetro, apretó el puño en la tierra y se quedo inmóvil conteniendo el aliento hasta que sintió que Emma se acerco y empezó a tocarle la espalda en forma calmante, pero...
No fue nada calmante para Eva ya que solo provoco que cayera sobre su espalda convulsionándose boca arriba sobre la tierra, gimiendo quedamente, mientras grandes cantidades de energía oscura brotaban de su cuerpo en ondas después  y con una Emma muy asustada y perdida sobre que lo que se suponía debía hacer con ella.


Nara

?Debemos apresurarnos... ?informo el Kairos a ambos Belhor.
?¿Por qué? ¿Ocurre algo que no nos hayas dicho? ?le pregunto Iommi
?Hay muchas cosas que no les he dicho. Y no crean que se las diré, eso no cambia que les estoy ayudando. Pero ahora no hay tiempo para calmar tu mente, guerrero. Su reina los necesita. Y yo necesito que la detengan. Por eso les ayudo. Ahora guarden silencio y síganme... ?declaro secamente antes de atravesar el ultimo portal que los llevaría a donde esta ella.

Cuando lo cruzaron, lo primero que vieron fue una cadena de arboles y en medio de ellos estaba una banca y justo al lado de esta, dos jóvenes humanas. Una en el suelo convulsionándose e irradiando oleadas de energía pura, mientras la otra estaba sentada muy alterada tratando de que la otra no se hiciera daño con las sacudidas.

?¿Quiénes son ellas? ?pregunto Nara al ver la escena frente a él.
?¿No la reconocen? ?pregunto calmadamente levantando una ceja hacia ellos, pero algo de la calma que poseía había desaparecido de sus ojos.

Y entonces ambos Belhor más que reconocer, lo sintieron. La energía pura que desprendía la joven en el suelo se volvió salvaje y les atravesó el cuerpo y estos reaccionaron a ella. Nara fue el primero en moverse tan velozmente que la humana sentada al lado de la que estaba en el suelo soltó un grito ahogado mientras  levantaba el cuerpo que ahora quedo inmóvil ante su toque.
Un momento antes estaba teniendo violentas convulsiones y al siguiente se encontraba inmóvil en sus brazos.

?Leiann... ?susurro a centímetros del rostro de la joven mujer, quien inmediatamente abrió los ojos a su llamado. Nara se quedo congelado ante la belleza de esos plateados ojos tan llenos de ira que luego... cambiaron para él al verlo a un tono más claro, pero no por eso menos impactante.
?Mío... ?declaro la muchacha en un susurro mientras pasaba sus delicadas manos por sobre su rostro sin tocarlo.

Pero su toque no fue necesario, el percibía como la joven concentraba todo el poder ?que antes estaba atrapado dentro de su cuerpo, en un caos ?dentro de él. Nara se quedo sin aliento ante las acciones y palabras de ella para momentos después observar como quedaba inconsciente en sus brazos.


Emma

Cuando vio que su amiga convulsionaba en sus brazos se congelo. No supo qué hacer o cómo reaccionar.
 «Eva... no te mueras», fue en lo único que pudo pensar.

Pero quedo en shock y mas que sorprendida cuando un hombre desconocido y con vestimentas que parecían de una banda callejera tomo a Eva en sus brazos y la atrajo contra su cuerpo.
«Leiann ?escucho que dijo el hombre?. Mío... ?fue lo que oyó responder a su amiga».
«¿Qué...? ¿Eva conocía a estos tipos?», se preguntó por un instante antes de procesar lo que Eva había dicho antes de caer inconsciente.
Se mantuvo muy quieta observando las miradas que se daban los dos hombres ante ella. Sacudió la cabeza para sacarse del entumecimiento en el que estaba, no debía olvidar que uno de ellos tenía a su amiga en brazos, así que no se mantuvo callada, ya que debía cuidar de Eva.

?Su... sue... Suéltenla  ?dijo temblorosamente. Pero al menos había dicho algo en vez de quedarse muda.

Y los dos hombres se percataron por segunda vez de su presencia y mientras se daba cuenta de eso, su rostro se volvió pálido por el miedo. Pero se sacudió ese sentimiento rápidamente. No dejaría que le hicieran nada a su amiga. Ella debía ser fuerte o al menos lo intentaría. El chico que se parecía a un actor asiático de películas de karate ?uno de los guapos?, la miro atentamente antes de hablar como si ella hubiera aparecido de pronto delante de él.

?Ella viene con nosotros y no puedes impedirlo ?le dijo el hombre parado junto al pequeño niño, que parecía no tener más de ocho años quien poseía una tés negra con un lindo gatito colgando en su cabeza. 

«Espera», se dijo de pronto. «¿Porque hay un gato en su cabeza? ¿Qué pasaría si el gato le hiciera se hiciera pis, de pronto? ¿O lo arañara? Y de todas formas ¿qué hace un niño en una fiesta de jóvenes? ¿Vino con ellos? Y principalmente ?pensó un poco confusa?, ¿por qué demonios me preocupo por el mocoso y pienso en cosas tan estúpidas?», se recrimino y volvió a centrar su atención en Eva quien aún seguía inconsciente. Pero solo por un instante porque cuando el niño pequeño hablo con una voz dulce los dos hombres se tensaron.

?La pequeña podrá no impedirles hacer lo que quieran. Pero yo si...
?¿A qué te refieres, Kairos?
?Sí, ¿qué quieres decir? Explícate, ella es nuestra.

«¿Kairos? ¿Será el nombre del pequeño? ¿El niño piensa que podrá contra ellos? ¿Y porque dicen que Eva es de ellos...? ¿Le harán daño a Eva o a mí?», se preguntó frunciendo el ceño aun arrodillada en el suelo mientras veía la interacción entre los hombres y el niño con el gatito sobre la cabeza. Aunque las siguientes palabras que salieron de la boca del pequeño la dejaron aun más confusa que antes, ya que él niño la miro antes de decirlas y tuvo la impresión de que él sabía lo que ella había estado pensando y esto le coloco los pelos de punta.

?Dije que les mostraría en donde estaba, no que se la entregaría... ?Y el mocoso sonreía mientras lo decía.




Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Jecrufe en Septiembre 15, 2011, 16:55:46
Genial guapi!!!!!!   emo95 emo95

Y el wall me encantaaaaaaaaaa  emo95 emo95


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Septiembre 16, 2011, 14:37:32
 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Akari en Septiembre 17, 2011, 04:01:06
xcelente Nei!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! me encanta Kairos  emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 es mi heroeeeeeeeeeeeee... Zac onde andas tu?  emo 102 aparece y pelea con los guerreros  emo 102 emo 102 emo 102 emo 101

dale emma tu puedes  emo 103 emo 103 emo 103 emo 103 emo 103

me encanta Nei!!!!!!!!!!!!!!!!!!  emo 102 emo 102 emo 102 emo 102 emo 102


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Valnelia en Septiembre 17, 2011, 15:43:03
Genial, wapiiiii, y el wall increíble, jijii     emo_94


Título: Re: Evangeline: La Reina de la Oscuridad
Publicado por: Naia en Septiembre 17, 2011, 21:25:14
Gracias¡¡¡  emo 039 emo 039
 emo 033 emo 033
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